Calamidades
México esta sufriendo al mismo tiempo dos de las calamidades más grandes de su historia moderna. Por un lado, la pandemia del Covid que no tiene precedentes y no ve para cuando terminar. Por el otro el peor gobierno que hayamos tenido en el peor momento que ha traído los síntomas calamitosos de un estado fallido que ha involucionado en varios aspectos.
Las cifras oficiales de muertos por el COVID nos colocan con un alto índice de letalidad en comparación con otros países con el agregado de nuestras autoridades se negaron a realizar pruebas masivas de detección oportuna además de la consabida negativa e indiferencia a utilizar el cubrebocas. Ya ni hablar del hecho de haber minimizado desde un principio las consecuencias económicas y sanitarias. Un país que derrocha sus ahorros y enfoca su inversión en las megaobras del presidente cuando existe la prioridad de salvar al país de letalidad del COVID y preservar en la medida de lo posible los empleos.
En materia de seguridad, la estrategia de militarizar con la Guardia Nacional no está dando los resultados esperados. Por el contrario, han superado con creces el número de víctimas de los dos sexenios anteriores que antes tanto criticaron. En materia de combate al narcotráfico pareciera haber una tregua. Son casi nulos los resultados en materia de incautación de drogas y no se sabe de ninguna detención de grandes capos.
Desde la cancelación del NAIM la confianza en los inversionistas se vino abajo. Por si faltaba agregar, se canceló una inversión cuantiosa de la empresa Constellation Brands en Mexicali. Van dos anuncios fallidos con el sector privado de presuntas inversiones que no han logrado cristalizarse. Las grandes y medianas empresas han optado por despedir personal para resistir los efectos de la pandemia y el SAT no ha dado tregua a los contribuyentes para que paguen sus impuestos al tiempo que registran enormes pérdidas. A las Pequeñas y medianas empresas las han orillado a la quiebra o al cierre de sus negocios. No hay señales claras de para cuando cese la pandemia y las actividades económicas vuelvan a la normalidad. El sector turístico atraviesa su peor momento. La afluencia a caído a menos del 10% y muchos hoteles y establecimientos han tenido que cerrar temporalmente.
Ya ni mencionar el recorte presupuestal a la ciencia, la investigación, el deporte y la cultura. Toda la apuesta se ha concentrado en apoyar a los más más pobres desde una óptica que no deja de ser temporal al tiempo de que se cancelaron apoyos como el de prospera cuya cobertura era mucho mayor a la que dan los actuales programas. Los apoyos al campo han visto reducidos sus presupuestos pasando de 74 mil a 46 mil millones de pesos. Lo más delicado es que la recaudación irá en picada y ya no habrá más contribuyentes a los cuales exprimir. Pemex ha reportado perdidas económicas tan solo en el último año de mas de 360 mil millones de pesos y su calificación crediticia esta poniendo en riesgo su viabilidad. Lo peor de todo esto es que no hay una luz en el camino que nos permita ver el final del túnel. La crisis económica es mundial pero algunos países las están sorteando con éxito y México no es precisamente uno de ellos.