¿La salud o las obras?
López obrador acusa a los Estados Unidos de acaparar las vacunas para su población como si tuviera la obligación para con otros ciudadanos por encima de los propios. A partir del arribo de Joe Biden inició un proceso de vacunación que avanza a pasos agigantados: un promedio de dos millones de dosis diarias, cuando en nuestro país no pasamos de 700 mil en total. Pero además hay que tener en cuenta que con el gobierno populista de Trump se contagiaron más de 70 millones de personas y han fallecido más de 465 mil de un total de 328 millones de habitantes, un promedio poco menor comparado con el de México que ya se disparó a más de 167 mil personas.
Ahora resulta que la culpa es de Estados Unidos. Lo cierto es que el gobierno de la 4t ha pretendido minimizar el impacto de la pandemia pretendiéndose ahorrar el costo económico que significa priorizar el gasto en salud. Importan más las pretensiones faraónicas del presidente para llevar a cabo sus tres grandes obras con las que pretende pasar a la posteridad. Tampoco ha querido invertir en salvar la economía. Se están gastando más de 650 mil millones de pesos en proyectos, pero no para garantizar el derecho a la salud y la vida de los mexicanos.
Eso es criminal. No puede tener otro nombre. Los israelíes, ha decir de su presidente Benjamín Netanyahu, «Podrían convertirse en un laboratorio mundial para la inmunidad colectiva o algo que se acerque a la inmunidad colectiva muy rápidamente». Ha vacunado completamente (es decir con las dos dosis respectivas) a mas de dos millones de personas de las cuales solo ha enfermado el 0.06. Cierto es que son poco menos de 9 millones de habitantes, pero tuvieron la previsión económica de adquirir la vacuna al doble de precio (unos 40 dólares) para apartar oportunamente un lote suficiente para iniciar una intensa campaña de vacunación.
En México destinaron 7 mil millones de pesos de un total de 32 mil prefiriendo regatear los precios para ahorrar en precios lo que han perdido en vidas. Al mismo tiempo aumentaron el subsidio para el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro, que pasará de 3,748 pesos a 4,310 pesos mensuales. Al cierre de este año había más de 388,100 aprendices. Lo que destinan a cada joven es el equivalente 10 dosis de vacunación. Pero dejemos de lado ese programa que poco o nada ha contribuido a que obtengan empleos en medio de la terrible crisis económica que nos sacude. Este año se invierten sin parar 104 mil millones de pesos para la continuidad de las obras como si fueran la panacea que reactivará la economía si es que algún día vemos la luz al final del túnel.
¿Para qué queremos por ahora un aeropuerto nuevo? La pandemia del Covid ya ocasionó una caída del 56.3% en el transporte de pasajeros durante el 2020 en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, al sumar 21 millones 981,711 personas, nivel similar al registrado en el 2003. La cifra promedio era de 45 millones de personas. Mientras dure la pandemia se antoja difícil recuperar ese volumen. ¿Cuál es la prisa?
Lo mismo sucede con la refinería de Dos Bocas. Su objetivo es aminorar la dependencia de las importaciones de gasolina que superan un 75% del total que consumimos. Todo en aras de la soberanía cuando dicho abasto ni siquiera está en riesgo y se adquiere con distintos países a precios más baratos que los nos costará producirlos. No estamos en guerra, el suministro está garantizado. Pero a nuestros nacionalistas trasnochados no les interesa. No les importa que la gran mayoría de los países y fabricantes de automóviles hayan anunciado que para el 2035 y a mas tardar en el 2040 se acabaran los vehículos automotores que utilizan combustibles fósiles. Es decir que la refinería tendrá una vida útil de 10 a 15 años y su costo será de casi 9 millones de dólares, unos 180 mil millones de pesos. Con ese dinero se podrían construir carreteras, nuevos aeropuertos nacionales y obras de infraestructura necesarias para el país. Del tren Maya ya ni hablar, todos los expertos dicen que su operación es incosteable.
Es una lastima que los lobotomizados seguidores del presidente no lo comprendan. Que estén dispuestos a la autoinmolación mientras reciben apoyos económicos para los cuales no habrá dinero en el futuro. El único propósito es la permanencia en el poder. Así empezaron en Venezuela en donde ahora la gente busca comida entre la basura y no se diga en Cuba donde la gente recibe miserables raciones para su supervivencia, en ambos países los salarios no pasan de 100 pesos mexicanos al mes, aunque usted no lo crea. Cuando se lleguen a dar cuenta será demasiado tarde. Peor aún si siguen creyendo en los facinerosos incompetentes que hoy mal gobiernan nuestro país.