Entre ambiciones o convicciones
Ya expliqué, en un texto anterior, la razones por las que decidí no continuar en la espera de que se construyera un consenso entre los partidos que integraron la alianza Va por México. Se trataba de privilegiar acuerdos y sacrificar incluso aspiraciones personales, en aras de integrar una fórmula ganadora que sumara en vez de dividir. Y no es que estuviera de acuerdo en todo sino en privilegiar las coincidencias en un momento en que el país lo necesita.
Acorde a la postura que he sostenido en mis textos, observo con preocupación la degradación de las instituciones democráticas, el radical deterioro de la economía, el incremento imparable de la violencia, los ataques a la libertad de expresión, el olímpico desprecio a la oposición que representa a buena parte del electorado en un país que se supone plural y la consolidación de una dictocracia que somete la ley a sus caprichos.
Deseo fervientemente, al igual que millones de mexicanos, que existan los contrapesos necesarios en el congreso federal para poner un alto a los excesos con que se conduce la actual mayoría legislativa. Desafortunadamente se empatan las elecciones federales con lo local lo que ha desatado una lucha intestina por el poder incluso con miras a construir proyectos políticos a futuro. Parece que les valiera un sorbete lo que pasa en el país. A algunos les da lo mismo ir por el partido que sea con tal de llegar al poder. No distinguen con claridad que en la oposición solo hay dos opciones: la alianza tripartidista y el partido Movimiento Ciudadano. El resto de los partidos locales y nacionales, incluyendo los de nueva creación, son afines a la cuarta transformación y leales al presidente sin importarles el rumbo al que está llevando al país. De ahí que festejaré los triunfos en lo federal siempre que provengan de la oposición.
Ahora bien. ¿Cómo se supone que se iban a construir los consensos a los que me refiero? Pues simplemente de acuerdo a la rentabilidad de cada una de las candidaturas. Y no hay que confundir rentabilidad con popularidad. No solo se trata de estar posicionado sino bien calificado. De lograr un equilibrio representativo que sume al electorado. De inclinar la balanza en función de ello. Lo cierto es que Paco Rojas fue quien sostuvo la presencia del PAN en las últimas dos elecciones más allá del voto duro. Por eso tocaba al PAN dar el visto bueno a las candidaturas. Y ahí fue donde, como vulgarmente se dice, la puerca torció el rabo. La falta de reglas claras, de piso parejo, de mecanismos bien acordados de medición, de fechas precisas, de un dialogo abierto y no diferenciado ni sesgado con las dirigencias, particularmente la del PAN, lo que dio al traste con el proceso.
De mi parte como representante de México Libre como agrupación política, sostuve en todo momento comunicación con mi amiga Claudia Trujillo la dirigente de Movimiento Ciudadano en Chiapas. Desde el principio mantuvieron abiertas las puertas a nuestra participación. Me entusiasma la suma de Enoch Araujo y Vicky Rincón con Paco Rojas, quienes sacaron a Tuxtla adelante durante sus respectivos gobiernos. Me siento tranquilo y a la vez mejor porque con la familia Rojas me une una entrañable y añeja amistad. Más ahora que han perdido a un ser tan querido como su señora madre a la que conocí desde muy joven.
Así que no vengan ahora a reprocharnos nada. Yo nada les reproché a los aspirantes y los partidos de la alianza, salvo ahora al PAN, que parece muy satisfecho con sus decisiones. Cada quien es responsable de sus actos y yo los respeto. Que no anden inventando que le queremos engordar el caldo a Morena cuando ha sido muy clara mi posición al respecto. Difiero al igual que Paco de descalificar todo lo que ha hecho la actual administración municipal. Hay algunas acciones que merecen continuidad. Y sobre todo difiero de quienes creen que las elecciones se ganan con dinero y con dádivas subestimando el libre albedrio de los ciudadanos tuxtlecos. Suerte para todos. Que sea el debate de las ideas y no los ataques personales lo que haga la diferencia en esta elección venidera.