A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

Mariano Díaz

Cuando los gobiernos no hacen su tarea política y se dedican a administrar los problemas en vez de resolverlos, lo único que hacen es pasarse la papa caliente de una mano a otra. El problema es que la papa es cada vez más caliente hasta que revienta. Algo así es lo que está sucediendo en San Cristóbal de las Casas con los grupos de presión que operan al margen de la ley o peor aún pretenden imponer su propia ley por la fuerza.

Por eso es importante que haya resultado electo un presidente como Mariano Díaz, un hombre forjado en la experiencia política. Con todos sus defectos y virtudes entre la oferta política existente resultó ser la opción para los ciudadanos en una ciudad cuya presencia e influencia política y económica es vital para la gobernabilidad en nuestro estado.

A consecuencia del empoderamiento de las comunidades indígenas estas tomaron mayor relevancia y hoy tienen sitiada a la ciudad en zonas como «La Hormiga» y un crecimiento anárquico y desordenado con asentamientos humanos producto de invasiones bajo el pretexto de la reivindicación de los derechos de los pueblos originarios. El resto de la sociedad está a merced de estas organizaciones que controlan el abasto, el transporte, la economía informal, el narcomenudeo, el comercio ambulante y el negocio del huachicol que se placea a sus anchas.

Los cacicazgos en Chamula bajo el pretexto e impunidad de los usos y costumbres, expulsaron a miles de pobladores por abrazar otras religiones que hoy conforman poblados como Nueva Betania que crecieron sin planificación y en absoluta anarquía. Reservas ecológicas protegidas fueron despojadas por la fuerza y hoy representan una buena parte del electorado que elige a los munícipes en turno. Hay más de 30 colonias irregulares con miles de habitantes que contaminan los ríos arrojando sus aguas negras, demandan servicios públicos, pero no pagan contribuciones prediales. La problemática es compleja y requiere de experiencia para saber lidiar con ella. Ese es el reto que enfrenta Mariano Díaz Ochoa, por tercera vez elegido alcalde y dos veces diputado local.

Recientemente el alcalde fue rodeado por un grupo de manifestantes que pusieron en riesgo su integridad. Lo obligaron a firmar con la amenaza de volver armados (así se escucha en el video que circulo redes sociales) un compromiso para no construir un mercado, supongo que con el objeto de ofrecer una alternativa para ordenar el comercio. Mariano actuó con la prudencia necesaria para evitar que el asunto pasara a mayores. Por supuesto que, bajo amenaza, un compromiso de esa naturaleza no tiene validez jurídica alguna. El problema es que de nueva cuenta actúan con total impunidad sin una autoridad coercitiva que imponga el orden y garantice la paz y la convivencia social.

Por otra parte, el alcalde se encuentra limitado en sus funciones y atribuciones para poder actuar. Los bloqueos recurrentes están afectando seriamente la actividad comercial y turística. Tan es así que la semana pasada los propios indígenas se confrontaron entre sí para obligarlos a retirar el bloqueo. Afectan sin duda al negocio del transporte en manos de organizaciones indígenas, pero también sus ingresos porque buena parte de las frutas y legumbres -que son perecederos- y se comercializan en Tuxtla dependen de las vías comunicación.

Al alcalde Mariano Díaz no solo conoce muy bien la problemática y el modus operandi de estos grupos, sino que está dispuesto a poner orden en la medida de posible y sin dar la espalda a los problemas como lo hizo la anterior administración. La tarea no es sencilla y necesita de colaboración con distintos órdenes de gobierno. Ese es el reto nada sencillo que enfrenta la actual administración municipal. Con la ampliación de la actual carretera de cuota aumentará el flujo vehicular y la actividad comercial. La bella ciudad de San Cristóbal merece un mejor destino. El problema es que sino existe orden no habrá desarrollo y hacer valer el estado de derecho en las actuales circunstancias no será una tarea sencilla. Quiero creer que la experiencia acumulada y el buen oficio político de Mariano Díaz le hará poder enfrentar los actuales desafíos. Que así sea.

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