¿A la porra?
Haciendo un símil con el juego de béisbol, Tatiana Clouthier se despidió del presidente en la mañanera aduciendo que, de estar jugando en las grandes ligas gracias a él, ahora formaría parte del público, de la porra. Sin dar más explicaciones simplemente refrendó su salida, se quiso despedir, por una renuncia que habría presentado desde el 26 de septiembre pasado.
Al concluir se dirigió al presidente que sin dejar de aplaudir no correspondió al abrazo de Tatiana, quien inmediatamente después se dirigió a la salida del palacio nacional. Ante la prensa se limitó a decir que ya había dicho todo lo que tenía que decir. En pocas palabras no dio ninguna explicación. Lo honesto hubiese sido dar a conocer el texto en que seguramente abundó sobre sus razones y así explicar lo que motivó su salida.
POSIBLES RAZONES
Antes ese silencio no queda más que conjeturar y especular acerca de sus razones personales. Es relevante porque tenía a su cargo las negociaciones en los paneles por los diferendos con nuestros socios del T-Mec en América del Norte. No es un asunto menor. En caso de no llegar a un acuerdo habrá represalias arancelarias a nuestro país. Esto, debido a la contrarreforma eléctrica que afectó las inversiones de las empresas de ambos países. Cierto es que un país en ejercicio de su soberanía puede modificar sus leyes, pero no sin considerar los tratados que afectan nuestros compromisos internacionales. Se dice que Marcelo Ebrard incidió en que la SRE debería llevar a cabo esas negociaciones y no la Secretaría de Economía.
Tampoco participó Tatiana en la negociación y el anuncio reciente en palacio del acuerdo contra la inflación para reducir costos regulatorios y logísticos a los productores mexicanos, una forma de dumping donde el gobierno los exime de trámites y el pago de impuestos. Otra conjetura más, es sobre su desacuerdo con la militarización del país a la que se opuso cuando fue diputada. El hecho es que quizá ya no estaba a gusto y al igual que lo han hecho otros funcionarios prefirió pintar su raya y renunciar.
RENUNCIAS
Con esto suman ya varias renuncias en áreas importantes del gobierno. Parece que el pecado es disentir en vez de mantener la lealtad y obediencia ciega que tanto pregona el presidente y que, por ejemplo, realizan a cabalidad los legisladores de Morena y sus aliados. Los mismos que desgañitaban contra la militarización del país, pero tuvieron que “cambiar de opinión” al igual que el presidente. El mismo que decía en su campaña que regresaría al ejército a sus cuarteles y ahora los ha abarrotado de responsabilidades bastante lejanas a sus funciones constitucionales.
ESTADO DE EXCEPCIÓN
Solo en un estado de excepción, como si enfrentáramos amenazas externas, sería comprensible que administren las aduanas, los aeropuertos, la construcción del tren maya y el transítsmico o las sucursales del Banco de Bienestar. La Misión de la Secretaría de la Defensa Nacional es organizar, administrar y preparar al Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos, con objeto de defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación y garantizar la seguridad interior.
Se supone que a la desaparición de la Policía Federal se organizaría y capacitaría un nuevo ente denominado Guardia Nacional que operaría bajo un mando civil. En ese período se utilizaría de manera transitoria a las fuerzas armadas. El hecho es que la Guardia Nacional no es otra cosa que el mismo ejército y marina, pero con uniforme diferente. No solo no se ha podido consolidar esa nueva entidad, sino que ahora se ha prolongado, sin mayor justificación, la presencia militar hasta el 2028. Y mientras esto sucede el ejército se encuentra bajo fuego. Vulnerado por el hackeo que está desvelando la fragilidad de nuestra seguridad nacional y sus labores de inteligencia. Aunado a ello la grave revelación de su presunta participación en la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa. Todo un desastre.
DESENCANTO
Para decirlo en forma metafórica, el capitán del navío continua por una ruta que al parecer está orillando a sus subalternos a abandonar el barco. En esa lista figuran el que fuera secretario de Hacienda Carlos Urzua, el siguiente secretario Arturo Herrera, el jefe del Gabinete Alfonso Romo, el secretario de la SCT, Javier Jiménez Espriú, el consejero jurídico Julio Scherer, el secretario de Semarnat Víctor Manuel Toledo, Irma Eréndira Sandoval, Secretaria de la Función Pública, Germán Martínez del IMSS o Jaime Cárdenas del Instituto para devolver al pueblo lo robado (INDEP) entre unos casi 50 funcionarios de alto nivel. A ello hay que sumar el desencanto de personajes como Gibran Ramírez, John Ackerman y la fría y tirante relación con Ricardo Monreal.
Muchos emigran del movimiento al tiempo que priístas se suman lo mismo a candidaturas que a notables cargos en el servicio exterior mexicano. Los que se van formaron el equipo. Y no, no se fueron a la porra. Se salieron del equipo, abandonaron el juego y hasta se salieron el estadio… Falta ver lo que sucede después con la definición de la candidatura presidencial.