Irresponsables
La irresponsabilidad del gobierno federal en materia de política migratoria está teniendo consecuencias y vendrán peores. Es absurdo colocar un puesto de revisión como el que está en la entrada de Tuxtla Gutiérrez, viniendo de San Cristóbal, lo cual está provocando un enorme cuello de botella, cuando los migrantes pululan como nunca antes por nuestra ciudad capital. No solo están por doquier en las calles y avenidas, sino que ya instalaron un campamento en el estacionamiento de una plaza comercial con todo y casas de campaña. Eso era usual en la frontera, pero no aquí.
LA VISTA GORDA
Mientras tanto las autoridades competentes se hacen de la vista gorda. Tapachula en la frontera sur y Ciudad Juárez en la frontera norte, tienen a miles de migrantes en espera de poder llegar al sueño americano, ese que se perdieron por andar apoyando a gobiernos populistas de corte socialista.
LAS ÉLITES DE LA POBREZA
Hoy están pagando esos errores, mientras que las élites gubernamentales de los que países que abandonan se dan la gran vida, mandan a sus hijos a las mejores universidades del primer mundo y lo mismo compran casas en Miami o en Madrid. En esta última ya hay un barrio que se conoce como «la pequeña Venezuela», lugar en que radican los hijos de la élite militar y gubernamental de ese desgraciado país que alguna vez fue rico.
Causa tristeza, solidaridad y a la vez impotencia ver a personas jugándose la vida para llegar al odiado suelo yanqui donde se paga a 18 dólares la hora, cuando ellos recibían 2 dólares al mes y una libreta de racionamiento con 2 kilos de arroz y medio litro de aceite como si vivieran en campos de concentración dentro de su propio país.
Lo peor, es que hay todavía, como sucede en un sector de Morena, quien defiende las ideas de Marx, celebra el aniversario de Hugo Chávez y le quema incienso a Fidel Castro pregonando las falacias de un estado paternalista que reparte la riqueza generada por otros hasta que se la acaba. Se queda con la mejor parte y utiliza a los más hambreados para sostenerse en el poder. No vaya ser que se conviertan en clases medias y aspiracionistas que luego los saquen a patadas.
NO HAY OTRA PALABRA
Irresponsables, sí, no hay otra palabra, desde que pasaron a alentar la migración con un discurso tibio, disque humanista, con programas sociales financiados con dinero de nuestros impuestos en Honduras o El Salvador que aquí tampoco han funcionado para abatir la pobreza. Irresponsables al no combatir a fondo como ofrecieron a los traficantes y polleros después de un accidente en Chiapa de Corzo en que murieron decenas de personas hacinadas en un tráiler.
Y bastó con solo una amenaza en twitter del entonces presidente Trump, otro populista, pero de derecha, para poner un cerco de la guardia nacional con disque 27 mil elementos, que a las primeras de cambio agarraron a patadas a los migrantes para frenar las caravanas en vez de solo resguardar la frontera para evitar la inmigración ilegal a la que primero alentaron y luego pretendieron sin éxito frenar.
Las consecuencias están a la vista. Decenas de miles, cientos de miles, a lo largo y ancho de las rutas por las que los polleros a cambio de jugosas cantidades de dinero los mandan a jugarse la vida.
TRASPATIO
Todos ahora refugiados en nuestro país, ante la permanente expulsión y la estrecha vigilancia en la frontera sur de Estados Unidos que ya no está dispuesto a permitir que invadan literalmente a su país. Para eso estamos nosotros, su traspatio, lugar donde transitan desorientados, sabedores de que regresar a su país es aún peor, pero soñando con algún día atravesar la frontera. Al cabo que donde comen 3, comen 4, aquí donde viven 130 millones de mexicanos, 40% pobres, pueden también sobrevivir. A eso los hemos condenado.
Pasa como con la violencia a que nos estamos acostumbrando, a la connivencia con el narco, por un gobierno que ofrece abrazos en vez de hacer prevalecer el estado de derecho que es fundamental para la convivencia social.
OCUPAS
La gran pregunta es ¿qué pasará? Si las cosas siguen igual. Si nadie pone orden y se mantiene la simulación para agradar al vecino del norte. Cuánto falta para que, de entre esos miles, de migrantes comiencen a presentarse conflictos y pase como en España donde un gobierno, para variar de izquierda, ha dado derecho a “los ocupas” que no son otra que migrantes que toman por la fuerza viviendas de ciudadanos españoles con la complacencia de su gobierno. O qué tal con los llamados “Menas” -menores extranjeros- a los que el gobierno de España otorga apoyos económicos con el dinero de los españoles, muchos de ellos vinculados en hechos criminales.
EL PROBLEMA ES XÓCHITL
Pero en Palacio, la preocupación es Xóchitl. También la derecha conservadora que se resiste a que sus hijos sean adoctrinados con ideas progresistas como las de la inclusión y educación sexual que persuade a los niños a cambiar de género si se les antoja o vivir su sexualidad desde temprana edad. Hay que sacarles a como dé lugar el cáncer neoliberal para que no anden con esas ideas de aspirar a tener más allá de un par de zapatos o una beca con los que pueden ser felices. Al fin que la inmigración no es su responsabilidad. Es consecuencia del neoliberalismo o de Felipe Calderón por qué no?