A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

El pinche modelo estatista

En una reciente gira por el estado de Guerrero, el presidente López Obrador afirmó que “durante la presente administración se acabó con el pinche modelo de privatización del neoliberalismo iniciado hace 36 años”. Lo comparó con el porfirísmo al tiempo de elogiar a “Tata Lázaro” el mismo que en su época ordenó entonar en las escuelas el himno de la internacional socialista, aquel que en una de sus estrofas decía: “El día que el triunfo alcancemos, esclavos ni hambrientos habrá, La Tierra será el paraíso, De toda la humanidad”.

EL FORO DE PUEBLA

La internacional socialista creada por la izquierda después de la posguerra vendría siendo el equivalente latinoamericano al foro de Sao Paulo, ahora foro de Puebla, dado que México fue el reciente anfitrión que aglutinó a todas las organizaciones de socialistas auspiciadas por Cuba, Brasil, Venezuela y México. No es casualidad que México dé trato de célebres jefes de estado a los dictadores Maduro y Díaz-Canel, este último condecorado con la orden del Águila Azteca, la más alta distinción a un Jefe de Estado extranjero.

COMO VENEZUELA

A los venezolanos les decían que Venezuela no iba a ser como Cuba y ahora en México los panegiristas del régimen insisten en que México no será como Venezuela, que es una falacia, un invento de la derecha conservadora, pero no es así. Hay una ala dura de la izquierda morenista adoctrinada y adoctrinadora que ve con absoluta empatía a la candidata de la 4t, dado que asegura que el movimiento y el futuro gobierno se incline aún más a la izquierda. Para ellos Maduro y Díaz-Canel son líderes demócratas que luchan contra “el imperialismo yanqui”, por cierto nuestro principal socio comercial y del cual depende la economía mexicana de manera vital como si se tratara de un cordón umbilical.

EL PINCHE MODELO EMPOBRECEDOR

Pues resulta que esa tierra prometida de la que hablan los igualitaristas ha sido históricamente un fracaso. Hoy se cuelgan de China, de Rusia y hasta de las políticas de bienestar de la social democracia en Europa, para justificar la vigencia de esas ideas. Se olvidan de los más de 150 millones de muertos por la hambruna y la persecución de los regímenes de Stalin y Mao Tse Tung. Hacen como que la virgen les habla cuando se les recuerda la caída del muro de Berlín, de los millones de migrantes que huyen de Cuba y Venezuela en busca del sueño americano. Es el bloqueo, el capitalismo, es la opresión imperialista, la que no los deja prosperar y no su “pinche modelo” empobrecedor. Cuba y Venezuela son el ejemplo más acabado de dos naciones que prosperaban a pesar de sus desigualdades en comparación con el resto de los países latinoamericanos. Hoy son los últimos en la lista entre las naciones más pobres del mundo y a niveles de hambruna.

EL PINCHE MODELO PRIVATIZADOR

Ese “pinche” modelo neoliberal y privatizador suscribió el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. En efecto privatizó más de mil empresas que operaban con números rojos subsidiadas con impuestos de todos los mexicanos y nuestra renta petrolera. Ese “pinche” modelo creó la autonomía del Banco de México para cuidar la emisión monetaria y acabar con las crisis recurrentes que nos asolaron en el pasado. Pemex es la empresa más endeudada del país y opera con números rojos. Su capacidad productiva es 4 veces menos eficiente que la del sector privado, pero sus altos costos los pagamos todos. Y es que no ha nacido, al menos en nuestro país, quien cuide lo ajeno como si fuera propio.

EL FRACASO

La ruta del estatismo tiene como destino el fracaso. La evidencia empírica no miente. Los países más libres, menos intervencionistas en la economía, son ahora los más desarrollados. Cualquier inversión privada hubiera previsto el fracaso del AIFA, la necedad de Dos Bocas y la nula rentabilidad del tren maya. El sobre costo de todas estas obras es una estafa al patrimonio nacional. Un saqueo indiscriminado en medio de la opacidad que ha beneficiado a la burocracia corrupta y sus contratistas. Ese “pinche” modelo que vive de las rentas del sector privado redistribuyendo la riqueza ajena para afianzarse en el poder con el respaldo de sus clientelas electorales. Ese pinche modelo que termina por matar a la gallina de los huevos de oro que es el sector productivo.

LOS AJUSTES DE MILEI

El nuevo presidente de Argentina Javier MIlei no engañó a nadie. Advirtió que los ajustes para enderezar la economía y evitar la espiral inflacionaria, no solo tomarían tiempo, sino que tendrían repercusiones a corto plazo. Está decidido a dejar de subsidiar a costillas del presupuesto a la burocracia elefantiásica y empresas paraestatales como aerolíneas argentinas que operan con enormes pérdidas sufragadas por el estado. Por supuesto que eso no les va gustar a todos esos parásitos que se multiplicaron al amparo del peronismo y el kirtchnerismo sosteniendo políticamente a un régimen fallido y hundiendo a la economía. Milei tiene la legitimidad electoral para tomar las decisiones que considera correctas, mismas que anunció anticipadamente desde sus análisis y sus propuestas de campaña. Argentina ya no tenía futuro, lo puede tener ahora, pero tomar las decisiones acertadas le va a doler a una parte de la sociedad que vivía en una zona de relativo comfort a costa de los que sí trabajan y todavía producen en ese país.

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