Hacer a Europa grande otra vez
El fin de semana pasado, en Madrid, se llevó a cabo una reunión de la organización política Patriots EU, integrada por líderes políticos de distintas organizaciones y gobiernos en Europa, a quienes sus malquerientes llaman «la ultraderecha». En realidad, se trata de agrupaciones que pugnan por la defensa de la soberanía nacional de sus estados miembros, la preservación de sus identidades nacionales y culturales, y una postura crítica hacia la centralización del poder en las instituciones de la Unión Europea, representadas hoy en Bruselas, sede del Parlamento Europeo, que han venido tomando decisiones con las que las agrupaciones ya no están de acuerdo.
NACIONES SOBERANAS
Abogan por una Europa de naciones soberanas que colaboren en áreas de interés común, pero manteniendo su independencia en asuntos clave. De ahí han derivado políticas públicas y compromisos internacionales en materia energética, ambiental o migratoria que afectan a las economías de los Estados miembros y están causando desequilibrios y problemas sociales, como sucede con la invasión migratoria de países musulmanes o latinoamericanos, cuyos estados fallidos, como la dictadura venezolana, están provocando un éxodo sin precedentes en la historia europea y ahora también en Norteamérica.
IDENTIDAD BAJO AMENAZA
No es de extrañar, por ello, el ascenso de estos partidos políticos al poder en medio de una coyuntura que está poniendo en riesgo la supervivencia cultural y económica de sus países. Las políticas de asilo político, financiadas por sus contribuyentes y de las cuales se ha abusado, están desplazando a los ciudadanos nativos de esos países junto con sus creencias, valores y tradiciones, poniendo en riesgo su propia viabilidad si a ello sumamos la crisis demográfica que apunta a disminuir notablemente (a más de un 50%) la tasa de reemplazo, en contraste con los migrantes, cuya población se triplicará en los próximos años.
CRISIS DEMOGRÁFICA
Cada mujer debe tener al menos dos hijos para reemplazarse a sí misma y a su pareja. En toda Europa, la tasa de fertilidad está por debajo de 2.1, lo que genera envejecimiento poblacional y una presión sobre los sistemas de pensiones. Níger es un país de mayoría musulmana donde aproximadamente el 99% de la población practica el islam. Es, además, uno de los países más pobres del mundo y su tasa de fertilidad es de 6.8 hijos por mujer. La migración de ciudadanos nigerianos a Alemania ha sido una tendencia notable en las últimas décadas, pero no son los únicos.
EXTRANJEROS EN SU PROPIO PAÍS
Alemania tiene una población total de aproximadamente 84.7 millones de personas. De este total, alrededor de 24.9 millones de personas son de origen inmigrante, lo que representa aproximadamente el 29.4% de la población. Si consideramos las tasas de reemplazo, en pocos años la población nativa será minoría y el control político pasará a manos de los migrantes. Los alemanes, al igual que los ciudadanos de muchos países de la Unión Europea (y lo mismo ocurrirá en los Estados Unidos si no se frena la migración ilegal), terminarán por ser extranjeros en su propio país.
CAMPAÑAS MEDIÁTICAS
Basta con ver la televisión alemana en español (Deutsche Welle), la prensa escrita y muchos canales y noticieros en YouTube para apreciar las campañas de descrédito que está padeciendo la AfD (Alianza por Alemania), el partido en crecimiento que amenaza los intereses de la población migrante cada vez más empoderada. Recién reportaron que “miles de personas”, con fotos truqueadas con inteligencia artificial, se manifestaron contra este movimiento al que consideran de ultraderecha y neonazi, con el afán de prescribirlo y prohibir su participación política. Paradójicamente, estos mismos grupos apoyan políticamente a Palestina, Hamás y los ataques a Israel, mientras que la AfD respalda a Israel, cuando se supone que el nazismo fue un movimiento antisemita. Aún más, lejos de ser conservadora, Alice Weidel, la candidata «ultraderechista», es gay y tiene dos hijos adoptados junto con una mujer de Sri Lanka, así que ni siquiera pueden darse el lujo de «cancelarla» como suelen hacer los sectores radicales de la izquierda woke.
MIGRAR ES UN DERECHO REGULADO
Para aquellos que sostienen que migrar es un derecho humano, resulta hipócritamente reprobable que dicho derecho esté regulado en todos los países del mundo, incluyendo aquellos Estados fallidos, sin modelos de mercado ni democracias liberales, cuyas dádivas empoderaron a sus líderes gracias a los votos de una población que ahora huye de ellos.
En Alemania y muchos países desarrollados la necesidad de trabajadores migrantes calificados los ha llevado a regular esos procesos. Por supuesto que se puede migrar de manera legal y ordenada si se cumplen los requisitos que permitan una debida integración. En su momento Alemania dio asilo a miles de sirios y muchos de ellos se integraron como médicos en hospitales de comunidades pequeñas. Según las estadísticas a finales del 2023 trabajaban en Alemania 5.758 médicos sirios, casi 5.000 de ellos en hospitales, lo que los convierte en el grupo más numeroso de médicos extranjeros.
NADA DE NAZISMO
La Alianza por Alemania no busca traer a Hitler de vuelta. Ha reprobado y marcado su distancia con el nazismo. Lo que intenta es regular la migración para que los nuevos ciudadanos se asimilen a su cultura y sean un factor de crecimiento con mano de obra calificada, algo que ciertamente les hace falta.
No quieren que los contribuyentes alemanes sigan sosteniendo una migración que se ha salido de control y que cuesta al año 15,000 millones de euros en refugiados y 20,150 millones de euros en prestaciones sociales para ellos. A esto hay que agregar que siguen pagando la factura de la Alemania Oriental, que bajo el cobijo comunista sigue, después de cuatro décadas, sin recuperarse del todo. Altas cargas impositivas progresivas están desestimulando la inversión para sostener un enorme aparato burocrático que la AfD propone reducir.
Es cierto que todos somos habitantes de un mismo planeta, pero no se vale que algunos países hayan prosperado como fruto de su sacrificio, esfuerzo, disciplina, valores, principios, educación y cultura, para que ahora lleguen millones de personas sin intención de adaptarse a invadir y transformar su cultura.