A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

Desregular para crecer… en serio

En su más reciente libro, Desregular para crecer, el economista argentino Federico Sturzenegger plantea una verdad incómoda para esos que promueven que todo lo controle el estado: el exceso de regulaciones no solo frena el crecimiento económico, sino que ahuyenta la inversión y sofoca la innovación. Sucede en Argentina pero también es una realidad que nos es muy cercana en Chiapas.

GASTO PÚBLICO

Aquí, el Estado se ha convertido en un aparato obeso y torpe. El 94% del gasto público se destina a gasto corriente y en ocasiones sin resultados tangibles como sucede en el sector salud y educativo. Se trata de sueldos, aguinaldos, bonos y prestaciones sindicales, dietas, viáticos y nóminas interminables. Los partidos políticos son ahora burocracias que nos cuestan más 198 millones de pesos al año, mientras el IEPC 198 millones para elecciones, más otros 96 millones para consultas ciudadanas o elecciones extraordinarias.

VIVIENDO DEL ESTADO

Apenas un 5% (unos 7.5 mil millones de pesos) de nuestro presupuesto se canaliza a obra pública. Y eso que Chiapas es el 5to estado que mas recursos recibe de la federación, después de los que más aportan como Jalisco, la CDMX, Edomex y Nuevo León. Esa asimetría habla por sí sola: la prioridad es sostener la maquinaria burocrática, no transformar la realidad. Tampoco hay empleos para sustituirla, trabajar en el gobierno es una cuestión de supervivencia. Aparte de eso, más de 2 millones de Chiapanecos reciben apoyos económicos directos, ademas del dinero de las remesas equivalente a más de 4 mil millones de dólares, pero nada de ello genera en realidad riqueza.

LA AGENCIA DIGITAL

Recientemente, el Congreso del Estado aprobó la creación de la Agencia Digital Tecnológica del Estado (ADTE), en sustitución del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación del Estado de Chiapas (ICTI) de la que por cierto nunca supimos que hizo para justificar su existencia. Esta nueva entidad tiene como objetivo implementar políticas públicas que incorporen el uso de tecnologías de la información y comunicación en la administración pública estatal, así como promover inversiones en ciencia, tecnología e innovación. Hay iniciativas ciudadanas que deberían ser consideradas al respecto. Las universidades tecnologicas como el Tecnológico Regional y la Universidad Politécnica generan capital humano, pero que no tiene recursos para emprender, ni espacios bien remunerados para laborar por lo que terminan emigrando -incluso a otros países- en busca de mejores oportunidades y movilidad social.

EFICIENCIA O BUROCRACIA

Si bien la modernización y digitalización de los servicios públicos son necesarias, es fundamental que la creación de la ADTE no se convierta en una mera reestructuración burocrática que aumente el gasto corriente sin resultados tangibles. La experiencia nos ha enseñado que, en muchas ocasiones, la creación de nuevas dependencias no se traduce en una mejora real para la ciudadanía, sino en más trámites, más regulaciones y más obstáculos para el desarrollo.

BUROCRACIA RESILIENTE

El aparato gubernamental se ha vuelto un fin en sí mismo. El empleo público funciona como válvula de escape ante la falta de oportunidades en el sector privado. Pero lo que empieza como una solución temporal se convierte en una trampa permanente: una burocracia que se retroalimenta, defiende sus plazas y bloquea cualquier intento de cambio. Aman la regulación excesiva —los trámites innecesarios, los permisos duplicados, las licencias absurdas, las inspecciones y verificaciones— que terminan por desalentar a quienes quieren emprender, invertir o simplemente trabajar en paz. Muchos recurren a la dádiva o la mordida que es otra fuente adicional de ingresos que generaliza la corrupción como una forma de vida. Los puestos públicos de esa naturaleza terminan siendo los más codiciados y esa realidad no ha cambiado.

NECESIDAD DIETÉTICA

Desburocratizar se ha convertido en una necesidad dietética para el estado. Eso está impulsando Donald Trump teniendo como aliado a Elon Musk. El Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) es una iniciativa liderada por el empresario, destinada a reducir el gasto público y mejorar la eficiencia en el gobierno de Estados Unidos. Musk ha descrito este esfuerzo como una «revolución» en la administración pública. El nuevo gobierno argentino anunció la creación de un sitio web que permitirá a los ciudadanos denunciar trámites y obstáculos normativos que dificulten sus actividades. La iniciativa busca simplificar la vida de los ciudadanos al identificar normas que impidan el desarrollo empresarial o limiten la competencia en sectores productivos. Son un ejemplo concreto de cómo se puede desmontar el laberinto normativo que paraliza el crecimiento.

REINGENIERÍA

En Chiapas urge también una reingeniería financiera y del gobierno lo bastante profunda. No basta con desregular y digitalizar: hay que revisar a fondo la estructura del gasto público, eliminar lo superfluo, cancelar duplicidades y redirigir recursos hacia lo que realmente genera valor. Incentivar la productividad y el emprendimiento debe ser prioridad. Necesitamos canalizar el dinero público hacia programas que impulsen la generación de empleo y fortalezcan las capacidades productivas de la población, en lugar de seguir alimentando un sistema que administra la pobreza sin combatirla de raíz.

No se trata de eliminar al Estado, sino de rediseñarlo. De pasar de un Estado paternalista y clientelar a uno que garantice derechos y promueva el crecimiento. Un Estado que se encargue de lo esencial —educación, salud, seguridad, justicia— pero deje espacio para que la sociedad civil, el sector privado y la iniciativa individual florezcan. Eso implica desregular donde estorba, simplificar procesos, digitalizar servicios y, sobre todo, medir resultados.

INVERTIR EN EL FUTURO

Es hora de abandonar la idea de que más gobierno equivale a más bienestar. Esa idea que funcionó en Europa bajo la social democracia los ha llevado a una crisis en el sistema de pensiones y un esquema tributario cada vez mas honeroso. En Chiapas, esa ecuación nos ha fallado. Ya son tres décadas con programas sociales a más de dos terceras partes de la población. Solo ha beneficiado a políticos ladrones que son aves de paso y a empresarios prebendarios que viven de sus negocios con el estado. Comencemos por reconocer que la obesidad estatal es, en sí misma, una forma de desigualdad: favorece a unos y margina a otros. Desregular es una forma de liberar el potencial de una sociedad atrapada en sus propias trabas administrativas. Si de verdad queremos crecer, tenemos que dejar de gastar en sostener la inmovilidad y empezar a invertir en el futuro.

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