A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

La caída: de la luna de miel al desencanto

Aunque insisten en minimizar o no querer ver el descontento social, producto de una acumulación de agravios; el descontento es real y se esta traduciendo en un merma considerable en la popularidad de la presidenta que comenzó muy arriba producto de la esperanza, incluso de quienes no votaron por ella, de que no fuera a salir como López Obrador. El problema es que ha se ha convertido en una émula, una mala copia de su predecesor que además pagando el costo de todos sus desaciertos.

Con el paso del tiempo, el poder no sólo desgasta: desnuda. La luna de miel de Sheinbaum con la ciudadanía empieza a romperse. Su popularidad, que rozó el 85 % en abril, se ha desplomado a 41 %, según la misma encuestadora que la colocó entre las y los líderes más populares del planeta. La realidad, esa que ningún discurso logra maquillar la realidad. Ha irrumpido con la fuerza de los hechos: la violencia, la economía estancada y la pérdida de confianza en un gobierno que prometía continuidad con cambio, pero sólo ha continuado con lo peor.

EL EFECTO MANZO

El asesinato de Carlos Manzo, alcalde independiente de Uruapan, marcó un punto de quiebre. No fue un crimen político más, sino un reflejo brutal del país real: el de las plazas tomadas por el crimen y los gobiernos locales abandonados a su suerte. Su muerte dio la vuelta en los noticieros del mundo porque evidenció que la violencia ya no sólo alcanza a los ciudadanos, sino a las propias autoridades que deberían combatirla.

Ese hecho reveló lo que todos sabían y pocos se atrevían a decir: el gobierno de los “abrazos, no balazos” terminó convertido en un gobierno cruzado de brazos. El silencio oficial fue más elocuente que cualquier comunicado y la respuesta al día de lo más desafortunada. En lugar de condolerse, habló de conspiración y reucrrió al manido recurso de culpar al pasado y a la derecha, etiquetando a quienes no estan de acuerdo, como si no fueran ciudadanos a los que debe rendir cuentas.

UN PAÍS SIN RUMBO

Mientras tanto, la inseguridad sigue en vigente en casi todo el territorio. El narco impone sus reglas y la impunidad alcanza niveles de escándalo. Se persigue a los peones, los autores materiales, siempre sacrificables; cuando de lo que se trata es desmontar desde la cabeza la estructuras de poder el crimen organizado. Y, no no es imposible cuando el estado actua con todo el peso de la ley. Lo estamos viendo en El Salvador que pasó de ser el país mas peligroso, al mas seguro del continente.
Por otra parte, la economía avanza a paso de tortuga, los impuestos aumentan, la deuda pública rompe récords y el sistema de salud —prometido como universal y gratuito— se desmorona en hospitales sin medicinas ni médicos suficientes. La gente se muere esperando por una cirugía o incluso en las salas de emergencia por falta de atención oportuna. Y no solo faltan medicinas: faltan insumos, equipamiento, instalaciones en buen estado que ahora están en franco deterioro. Por eso duele que en casos como el de Chiapas, los recursos hallan ido a parar en una campaña de promoción política.

El discurso triunfalista sigue apelando a las cifras de programas sociales, presume los aumentos, el número de benficiarios a los que cooptan con abonos chiqitos, pero el costo fiscal ya desborda el presupuesto y no saben de donde sacar dinero más que aumentando los impuestos y arrinconando a los contribuyentes. Se repite el guion: más gasto, menos inversión, más propaganda, menos resultados. El país se administra con la ilusión de que la popularidad reemplaza la eficacia.

DEL APLAUSO AL DESENCANTO

Durante meses, Sheinbaum fue la heredera incuestionable del lopezobradorismo. Hoy, su gobierno se asoma al mismo precipicio de desencanto que consume a toda administración que confunde lealtad con gestión. Las fisuras internas en Morena, la pérdida de control político de sus tribus y la desconexión con los medios y con los sectores productivos son señales de un desgaste acelerado. El magisterio al que otorgaron todo tipo de concesiones, se ha convertido en su Frankestein.

La retórica de la “transformación” ya no alcanza para ocultar los signos de fracaso. El país vuelve a vivir con miedo, con inflación, con deuda, con menos empleo formal y más dependencia de las remesas. La fe política se evapora, y en su lugar crece la duda: ¿qué cambió realmente? La caída de Sheinbaum no será un colapso súbito, sino un goteo constante de decepción.

LA LUNA DE HIEL

El efecto Manzo será recordado como el punto de inflexión: el instante en que el país entendió que el poder ya no basta para gobernar si no se ejerce con responsabilidad. La luna de miel terminó y dio paso a una luna de hiel, donde la dulzura del discurso se amarga con los hechos.

El desencanto ya empezó. Y en política, cuando la fe se pierde, ni todos los abrazos del mundo pueden volver a encender la esperanza. La reina va desnuda, pero sus corifeos aplauden.

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