Con gran incertidumbre sobre la dinámica escolar presencial en el contexto COVID, algunos casos reportados y sin vacunas aprobadas para niñas, niños y adolescentes hay que hablar de temas cruciales para mejorar el sistema educativo y, en general, la educación en México.
A lo largo de la pandemia, según datos oficiales ha habido cerca de 30 mil casos en menores de 15 años y 191 muertes en menores de 5. Con esto en mente, y a un mes de que concluya el ciclo escolar 2020-2021, preocupa de manera fundamental el abandono escolar, concebido, en principio, como el truncamiento de la formación y que en plena pandemia nos lleva a pensar, en segundo término, en la forma en que el sistema educativo ha fallado a las y los estudiantes sin importar su edad. El fenómeno se ha agudizado dada la ampliación de brechas de desigualdad que recaen en uno de los sectores más vulnerables, las niñas y niños y desafortunadamente ya se habla de millones que no regresaron ni regresarán a las aulas.
De acuerdo con la 2a edición de la ECOVID-ED, del INEGI enfocada y encaminada a conocer el impacto por la cancelación de clases presenciales en estudiantes de 3 a 29 años el panorama es crítico: 435 mil niñas y niños no concluyeron el ciclo escolar 2019-2020 por COVID-19, otros 66 mil no lo hicieron por falta de recursos y 49 mil más se incorporaron al mercado laboral. Según esta fuente, 21.4 millones no se inscribieron para el ciclo 2020-2021, 10 millones de ellos en edad preescolar y otros 3.6 tuvieron que trabajar. Nos faltan los datos de quienes no logarán concluir el año y debemos agregar los datos de niñas y niños que entraron en edad escolar en estos 15 meses y permanecen, hasta el momento, fuera del sistema educativo.
De acuerdo con UNICEF México, la educación brinda estabilidad y seguridad a la niñez ya que ayuda a implementar rutinas, a utilizar el tiempo productivamente y así afrontar el trauma, el estrés y el miedo derivados de la pandemia. Sin embargo, esta educación a distancia no sustituye la formación que se adquiere presencialmente en las escuelas.
Pasarán años antes de que sepamos los verdaderos efectos en la educación de esta generación «de la pandemia», pero estos datos ya muestran millones de estudiantes fuera del sistema educativo, que no tuvieron oportunidad o no contaron con herramientas de acceso a la educación a distancia. Por supuesto, habrá efectos sobre las niñas y mujeres, que aún se encuentran en desventaja, con menor acceso a educación y proclives a abandonar su formación por embarazo infantil y adolescente, como víctimas de violencia sexual. Este tema mayúsculo no se ha atendido concretamente. Un plan estructural dirigido a erradicar la desigualdad en razón de ingreso y de género pasa por la educación y es fundamental para el presente y el futuro del país.