Francisco Javier Jiménez González, director de la Reserva de la Biósfera, emitió recomendaciones a los escaladores, entre las que se destaca consultar al médico antes del viaje y contar con equipo adecuado para pernoctar
Aquinoticias Staff
Con sus imponentes 4,093 metros de altitud, el volcán Tacaná, ubicado en la frontera entre México y Guatemala, es un destino que atrae a turistas locales e internacionales en busca de aventura y conexión con la naturaleza. Sin embargo, esta temporada invernal presenta desafíos particulares, ya que las temperaturas en la zona pueden descender hasta -4 °C, alertó Francisco Javier Jiménez González, director de la Reserva de la Biósfera del Volcán Tacaná.
“El Tacaná no es para todos; quienes decidan escalarlo deben estar en buenas condiciones físicas, abrigarse adecuadamente y ser conscientes de su estado de salud”, advirtió Jiménez González. Las temperaturas extremas y la altura requieren una preparación cuidadosa, especialmente durante diciembre y enero, cuando los frentes fríos se intensifican.
En estas fechas, las heladas y la formación de escarcha debido al rocío congelado son fenómenos comunes. “El agua del cráter, que en otras temporadas es fría, alcanza temperaturas extremas, contribuyendo a la sensación térmica bajo cero”, añadió el biólogo.
Conscientes de los riesgos, las autoridades han implementado un operativo de ascenso y descenso seguro, en coordinación con los niveles municipales, estatales y federales. Este dispositivo busca garantizar que los visitantes disfruten de la experiencia sin poner en peligro su seguridad.
Además, quienes deseen explorar la Reserva de la Biósfera del Volcán Tacaná deben realizar una aportación de 60 pesos a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp). Estos recursos contribuyen a la conservación de la flora y fauna únicas de esta área protegida, reconocida por su biodiversidad.
El Tacaná no solo es un reto físico, sino también un santuario natural. Esta reserva de la biósfera alberga ecosistemas únicos, desde bosques de coníferas hasta páramos de alta montaña, que son hogar de especies emblemáticas y endémicas. Visitar este sitio es una oportunidad para conectar con la naturaleza, pero también implica una responsabilidad hacia su conservación.
Jiménez González instó a los excursionistas a tomar precauciones específicas:
- Vestimenta adecuada para bajas temperaturas.
- Evaluación previa del estado de salud.
- Equipo necesario para acampar, en caso de pernoctar.
“La clave está en planificar el viaje con anticipación y respetar las indicaciones de las autoridades locales y los guías certificados”, subrayó el director de la reserva.
Con información del Diario del Sur