Agricultura urbana, una practica rentable, sana y divertida

Es una activad que va tomando terreno en Chiapas, la cual ayuda a conservar el bienestar físico y emocional de las personas, además de tener la posibilidad de generar ingresos a partir del cultivo y consumo orgánico

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]A[/dropcap]prender a cultivar alimentos para el autoconsumo es una de las mejores alternativas para fortalecer la resiliencia de las ciudades frente al cambio climático. La actual demanda de alimentos, la crisis económica y de salud, son factores que ya empiezan a impactar a la población mundial, principalmente a quienes se desarrollan en zonas urbanas.
Los principales efectos del cambio climático son claramente visibles, aunado a ello, el aumento desmedido de la población mundial amenaza con complicar aún más la crisis a la que ya nos enfrentamos.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para mediados de este siglo dicho aumento será de hasta el 34 por ciento, lo que significará que la cantidad de comida deberá aumentar al menos un 70 por ciento.
Para hacer frente a la crisis que se avecina, expertos han recurrido a la agricultura urbana como medida de prevención y solución a las demandas alimentarias presentes y futuras, e incluso afirman que esta medida es un impulso al desarrollo social, ecológico y económico, por lo que su aplicación se está distribuyendo en distintos países.
México no es la excepción ni tampoco lo es nuestro estado, en donde los huertos urbanos están tomando terreno y cada vez son más las personas que se interesan por producir sus propias plantas y vegetales para el autoconsumo.
Una de las iniciativas que ha tenido gran éxito a nivel local es Huertos Urbanos Comunitarios Joyyo Mayu, misma que en 2016 fue creada por un grupo de jóvenes interesados en promover el cuidado ambiental a través del cultivo y consumo orgánico.
El proyecto, que tiene como fin frenar el impacto ambiental y crear un equilibrio entre el medio ambiente y el uso de los recursos naturales, fue impulsado con el apoyo de la Secretaría de Medio Ambiente y Movilidad Urbana de Tuxtla Gutiérrez, y este jueves 22 de junio celebró la graduación de la Tercera Generación de alumnos de sembradores urbanos.
Portavoz charló con la bióloga encargada de esta iniciativa, Paulina de la Luz Rodríguez, quien dio a conocer que en esta generación fueron 60 las personas que durante cuatro semanas aprendieron cómo hacer vergeles urbanos, enraizantes naturales, fertilizantes naturales, sistemas de autorriego, macetas biodegradables y adquirieron herramientas y prácticas para sembrar y preparar la tierra.
La iniciativa arrancó en diciembre de 2016 y por ser de corta duración ya ha capacitado a tres generaciones integradas por niños, niñas, jóvenes, adultos, personas de la tercera edad y con discapacidad.
Lo que en un principio inició como un proyecto piloto terminó siendo una de las mejores iniciativas pro medio ambiente en la capital, además que cualquier persona puede participar sin importar su edad o género.
«Pueden venir niños y niñas desde los tres años hasta personas de la tercera edad, en el caso de las personas discapacitadas tenemos camas especiales para que ellos puedan desarrollarse y progresar al mismo paso que el resto de los grupos, asisten maestros jubilados, estudiantes, amas de casa, toda la familia puede venir y disfrutar de una convivencia sana y además amigable con el medio ambiente.»

Una actividad sustentable

Una de las características principales de estos huertos urbanos es que contribuyen a generar oxígeno, a partir de la elaboración de composta con los residuos orgánicos (que son la principal de fuente de gases a la atmósfera) cuidan al ambiente, la salud y la economía de quien la pone en práctica, además de ser una actividad que no sólo conserva el bienestar físico y emocional de las personas sino que puede generar ingresos a partir del cultivo de plantas y vegetales.
También aportan al reciclaje, a través de técnicas para reutilizar los residuos de animales de traspatio para generar abono y el uso de PET, llantas y madera para crear las camas de cultivo.
De acuerdo con Paulina de la Luz, mantener un huerto en casa no es caro pero sí requiere de tiempo y mucha paciencia, por esa razón también es una actividad recomendada por psicólogos, toda vez que permite la relajación a través del contacto directo con la naturaleza.
Huertos Urbanos Comunitarios Joyyo Mayu cuenta con 49 camas de cultivo que miden 1.26 por 1.26 metros, y aunque se puede trabajar con más espacio, han decidido mantenerlas así para que quienes asistan a los cursos puedan cosechar todo en las mismas cantidades, esto considerando el poco espacio que tienen las casas en la ciudad.
La siembra del huerto es guiada por la luna y la temporada, y se han sembrado tomates, jalapeños, lechugas, betabeles, rábanos, sandías y melones.

Huertos por toda la ciudad

En entrevista, el director de Proyectos Climáticos y Movilidad Urbana de la Secretaría de Medio Ambiente y Movilidad Urbana de Tuxtla Gutiérrez, Adolfo Sarmiento, destacó que este proyecto pretende ir más allá y convertirse en una iniciativa ciudadana que se ponga en marcha en escuelas públicas con el suficiente espacio para que estudiantes y docentes puedan cultivar su propio huerto.
La meta es lograr la creación de una red municipal de huertos urbanos en donde las instituciones de educación y los parques públicos sirvan de mesas de cultivo para el sustento económico y la convivencia familiar de los tuxtlecos.
Lo que se busca con la iniciativa es que las decisiones y los avances que se tengan en la materia contribuyan a mejorar la calidad de vida de las siguientes generaciones.
«Esperamos poder capacitar a las colonias y las primarias de la ciudad, sabemos del actual impacto ambiental y que a través de estos pequeños cultivos podremos resolver las problemáticas presentes y futuras.»

Próximas generaciones

Para quienes estén interesados en tomar el próximo curso que se estará impartiendo a finales del mes de agosto deberán asistir a las instalaciones de la Casa del Huerto ubicadas al lado de la Casa del Abuelo en el Parque Joyyo Mayu, en un horario de 9 de la mañana a 3 de la tarde de lunes a sábados.
El taller se imparte los días lunes, miércoles y viernes de 9:30 a 10:30 de la mañana y tiene un costo de 70 pesos por cama, en cada una de estas pueden trabajar hasta seis personas; es decir, el costo total del curso mensual es de aproximadamente 11 pesos.
Emmanuel Leal, narrador oral y egresado de la tercera generación, comenta que una de las satisfacciones más grandes que el curso le dejó fue la convivencia sana y familiar que se vivió, además de haber reforzado su aprendizaje y la importancia de respetar, cuidar y fortalecer el medio ambiente.
«El mayor enriquecimiento es haber creado comunidad, aunque podemos tener nuestro propio huerto en casa el simple hecho de compartir conocimiento y productos enriquece a todos como persona, me enseñó a ser paciente, apliqué conocimientos matemáticos aunque no los tenía contemplados, y lo mejor es que hice grandes amigos.»

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