Al Son del texto / Tina Rodriguez

Al grupo Yiknal grupo 3 Caña Hueva, y a Dalila Camacho, por supuesto

Si la demanda social rebasa la capacidad gubernamental con mucho, por muchas fugas que se le adjudican a la corrupción, pasa lo mismo con la capacidad de respuesta de los gobiernos ante las tragedias, las que los rebasan tranquilamente como sucede en Chiapas y Oaxaca.
No solo hablamos de gente damnificada, sino incomunicada, ante los derrumbes de cerros que desprendieron enormes rocas que cayeron sobre los caminos de terracería, obvio voladeros de riesgo que complica la llegada de la ayuda, las de las brigadas médicas en fin.
No estaba la entidad preparada para algo así y las consecuencias de ello se seguirán reflejando lamentablemente, aun quisiéramos lo contrario, para que esa gente no padezca las inclemencias del tiempo pues decenas, sino es que cientos allá en las montañas, perdieron sus viviendas o quedaron en calidad de inhabitales.
Esperemos que refleja el censo sobre el particular, en esas zonas serranas tan pobres, y de precaria calidad de vida y obvio viviendas, construidas con el mínimo de seguridad estructural para éste tipo de sismos, a pesar de que nuestros paisanos saben que vivimos en zona de temblores, y más en esa zona sierra, soconusco y costa de Chiapas.
El ejército mexicano tiene un plan de acción; sus estrategias están ya más que probadas y por eso, como decimos, «a lo que van» y no se detienen, pero los rescatistas tienen otra formación; no está mal que ponderen su seguridad, y no cuentan con los equipos o aeronaves con que cuentan las fuerzas armadas para desplazarse por aire a zonas incomunicadas, lo cual es una desventaja no solo de ésta sino de muchas entidades con serranías como la nuestra.
El mal tiempo sigue y esa gente lo sigue padeciendo, y dado la población dispersa que es un serio problema, se dificulta la prontitud de la ayuda.
Muchas cosas no salen por ahora a la luz como sucede en estos casos, y quedarán en las versiones locales o regionales que poco a poco irán fluyendo.

Al Son que me toque

Hay otros personajes a reconocer en esto de la ayuda humanitaria.
Son los que se pasan horas y hasta días, duermen en los campamentos de acopio de víveres y otros productos requeridos.
Los más no son los que salen en la foto entregando lo recibido por la ciudadanía y contrariamente permanecen anónimos pero con el reconocimiento popular a su labor altruista, por sus semejantes.
Nadie les dio la orden, nadie los obligó: están ahí por voluntad propia.
Nuestro reconocimiento.

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