Al Son del Texto / Tina Rodriguez

No platicado por mis paisanos, he visto la inconformidad en Veracruz por los supuestos desfalcos del cordobés Javier Duarte en todos los sectores, y resulta que hay varias demandas contra él que no se sustentan lo necesario, por parte de los demandantes, entre ellos Miguel Angel Yunes, el gobernador de esa entidad del golfo, y la Auditoria Superior de la Federación no tienen cómo.
Ya está aquí en México y costó a los contribuyentes traerlo, procedente de Guatemala, pues de acuerdo a la información bastante difundida, la aeronave con matrícula XC-LNN voló desde el domingo 16 de julio, partiendo de la Ciudad de México a Guatemala, de «vacío», solo por él.
Duarte fue entregado y la misma aeronave partió del aeropuerto La Aurora a la Ciudad de México y eso no fue gratuito.
¿Para qué varias acusaciones no estuvieran sustentadas y el juez de la causa las deslizará?
¿Cuánto cobran esos ministerios públicos ineficientes?
Ya declaró en el Reclusorio Norte y las autoridades federales lo difunden como un logro de la justicia mexicana al haber conseguido la extradición, cuando por el contrario, es trabajo de la Interpol y la policía en Guatemala, quienes lo capturaron mientras en su momento éste señor hizo lo que quiso y aun preso dijo dos tres cosas que en seguida se hicieron mediáticas y virales, cuando hablamos de un delincuente que dejó presuntamente desfalcada a una entidad y, de los miles de millones acusados, pues resulta que no rebasan los 700 millones.
¿Y luego?
Porque eso preguntan los veracruzanos: ya está atrapado ¿Y el dinero?
O se le protegió o se ignoró en su momento, porque estuvo impunemente libre hasta el punto de salir del país.
Y es que hubo infinidad de acusaciones cuando Javier Duarte estaba en funciones como gobernador, mismas que ignoró el gobierno y la justicia federal, todavía luego de una entrevista con Loret de Mola, Duarte pidió licencia con impunidad, con tiempo para salir del país, por Chiapas.
El gobierno federal quiere capitalizar la captura para borrar el oscuro episodio que le permitió a Duarte, ejercer el poder con total impunidad, sin nadie que le obligara a rendir cuentas cuando se pudo.
El mismo lo dijo: empieza el show.
Obviamente no lo van a dejar salir, menos a medio año que inicien las precampañas, pero queda claro que una cosa es el manipuleo mediático y otro el jurídico, al que ahora recurre éste ex gobernador, como muchos otros en su situación pero ¿Y el dinero?
Duarte está capturado, pero aún no ésta sentenciado: le apuesta a que no hay cómo comprobarle pues, los gobernadores ni allá ni acá firman nada comprometedor.
Y si esto apenas empieza, falta ver lo que viene con Roberto Borge, César Duarte, Tomás Yarrington.
Todos priistas por cierto.
Digo, porque ahí tenemos a Elba Esther Gordillo y a Andrés Granier, en arresto domiciliario por mayoría de edad o enfermedad a los que la justicia mexicana les da misericordia, luego de que saquearon lo que pudieron.
Pobrecitos.

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