Altamirano grita justicia, ¿el Estado calla?

Habitantes acusan omisión de la Fiscalía estatal ante crímenes atribuidos a grupo armado. Denuncian represión, fabricación de delitos y nulos avances en justicia

Aquínoticias Staff

Vestidos de blanco y con pancartas en mano, más de 4 mil habitantes de Altamirano marcharon pacíficamente para exigir justicia por el asesinato de seis personas durante el periodo de lucha social en el municipio. La movilización reunió a pobladores de las 111 comunidades y los 11 barrios de la cabecera municipal.

Las víctimas fueron identificadas como el profesor Enrique Hernández Gómez, Óscar Hernández, Carmelo Vázquez López, Jorge Luis Jiménez Torres, Fernando López Espinoza y Silicón Sánchez Díaz. Según denuncias comunitarias, los asesinatos habrían sido cometidos por el grupo criminal “14 de Agosto”, liderado por Gabriel Montoya Oseguera, exsíndico municipal.

La movilización social en Altamirano se remonta a agosto de 2023, cuando comunidades tojolabales y tzeltales se organizaron para frenar la represión ejercida desde el gobierno municipal en complicidad con un grupo armado. Desde entonces, los hechos de violencia han dejado una estela de impunidad y silencio institucional.

Durante la marcha se leyeron mensajes como “Justicia y dignidad para Altamirano” y “Respeto al Pueblo de Altamirano”. Familiares de las víctimas denunciaron que, desde septiembre de 2024, la Fiscalía de la Zona Indígena no ha ofrecido avances en las investigaciones, a pesar de las pruebas entregadas.

Los denunciantes también alertaron que el grupo criminal ha financiado demandas falsas contra habitantes de Altamirano, como una estrategia para intimidar y frenar al movimiento social que exige verdad y justicia. Acusan a las autoridades de encubrir al grupo armado y de criminalizar a quienes protestan.

Altamirano exige una respuesta estatal inmediata. La movilización de este martes no solo honra la memoria de seis personas asesinadas, sino que pone el foco en una de las crisis de seguridad y justicia más graves del sureste mexicano. El silencio de las instituciones también deja víctimas.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *