Altares, simbolos de culto y congraciamiento espiritual

Para los creyentes, los santos tienen la facultad de interceder ante Dios para ayudarlos en aspectos relacionados con la paz, el bienestar y la prosperidad, de ahí que muchos católicos acudan a ellos y les soliciten lo que necesitan mediante estos elementos de adoración

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]P[/dropcap]ara muchos fieles cristianos el altar ocupa un lugar importante en el culto; según la revista La Civiltà Cattolica, el altar es esencial no solo en la religión sino que también es un elemento que mantiene a la iglesia viva.
Para los creyentes, los santos tienen la facultad de interceder ante Dios para ayudarlos en aspectos relacionados con la paz, el bienestar y la prosperidad, de ahí que muchos católicos acudan a ellos y les soliciten lo que necesitan mediante altares de adoración.
Estos se han convertido en un símbolo característico de la cultura mexicana, es común ver en algún sitio de los hogares católicos la figura de un hombre o una mujer envueltas de una corona de flores sobre un manto blanco o estampado que sostiene velas de distintos colores que mantienen encendida la luz de la esperanza que cada familia espera con ansias ver cumplir.
De acuerdo con el padre Margarito Hernández de la Catedral de San Marcos de Tuxtla Gutiérrez, el altar es una de las herramientas principales para cualquier práctica de la índole que sea, un lugar de honra a los dioses y espíritus que tienen como función central ser el punto intermedio entre el cielo y la tierra.
Explicó que por considerarse lugares santos, los altares se hacen en un lugar alto, a fin de facilitar que los santos reciban la ofrenda.
Aunque algunas personas lo llaman «altar en casa» o «mesa de oración», en realidad el nombre no modifica el propósito para el que fueron creados; sin embargo, el padre Margarito consideró algunos elementos básicos que en un altar cristiano no pueden faltar.

Vínculo entre el cielo y la tierra

Es importante mencionar que cada altar espiritual está dedicado a un santo específico y tiene un propósito único; sin embargo, es elemental que todos los altares lleven la imagen de Jesús y la Virgen María, pues son los símbolos básicos de la fe católica.
Según detalló el padre Margarito, la posición en la que son colocadas las imágenes también importa, en el centro dijo, siempre debe estar un crucifijo pues la parte media del altar está asociada con el espíritu y las deidades primordiales, mientras que en el lado derecho debe estar la imagen de la Virgen María y en el lado izquierdo se puede colocar el santo de su devoción.
Las velas, el incienso, imágenes de santos, ofrendas y una variedad de iconos religiosos son algunos elementos que pueden decorar el altar. Es importante que el altar sea bendecido y consagrado diario o semanal. En caso de tener una petición específica, la persona puede escribirla en un trozo de papel y colocarla debajo de una vela, así podrá recordar siempre y esperar con fe.
Un altar puede tener muchas formas y puede ponerse en diferentes lugares –algún sitio de adoración o en una casa– también pueden ser de diferentes tamaños y formas, desde una gran pirámide o una vitrina, estar sobre una mesa o una repisa, o bien ser algún lugar construido especialmente para ello.
«Toda casa cristiana debe tener un altar, puede estar en cualquier lugar de la casa eso no importa, lo importante es que todos los integrantes sepan que está ahí y acudan a él para hacer sus oraciones.»
Explicó que la luz de la vela representa a Jesús, que es la luz del mundo, el agua bendita es un sacramental y con ella se borran los pecados veniales, la Biblia es la palabra de Dios, y por lo tanto debe ser colocada en el centro de la mesa como parte de la oración y la meditación familiar.
«Los altares son de gran importancia para que vayamos creciendo en la fe, cada altar debe llevar estos elementos aunque también dependiendo de la posición económica, estos pueden llevar más decoraciones o estar construidos en un lugar especial como capillas.»

Altares a todos los santos

Uno de los altares católicos más conocidos a nivel mundial es el que establece el calendario cada 1 y 2 de noviembre: el altar de todos los santos.
Según la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) los familiares fallecidos «regresan» para convivir con los vivos «y nutrirse de la esencia del alimento que se les ofrece».
Por su color, significado y años de tradición la celebración a la muerte de los mexicanos es reconocida a nivel mundial, y aunque esta celebración tiene su origen en nuestros antepasados prehispánicos, con la llegada de los españoles esta se transculturizó y hoy es conocida como el Día de los Santos Inocentes y los Fieles Difuntos.
El padre Margarito explicó que este altar debe hacerse con todos sus elementos, y uno de los más importantes son los niveles en el altar representan los «mundos» que el difunto debe de atravesar para llegar a su descanso eterno. Existen de dos –representa el cielo y la tierra–, tres –representan el cielo, el purgatorio y el inframundo– y finalmente de siete –representan los niveles del inframundo–.
Siendo México un país católico, es importante que los altares lleven elementos de esta religión como crucifijos, imágenes y rosarios.

Disminuye la fe

Aunque la religión católica es una de las más representativas del país a nivel mundial, los más recientes Censos de Población y Vivienda realizados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelan que en los últimos nueve años, se ha producido poco menos de un centenar de conflictos religiosos debido a la variedad de religiones que se profesan en el territorio mexicano.
Los datos del Inegi muestran que la entidad chiapaneca es la que registra la diversidad religiosa más amplia del país; siendo el catolicismo el más bajo, el estado destaca a nivel nacional por el número de municipios en los que los católicos son una minoría, como en el caso de Amatán, Chalchihuitán, Chenalhó, Mitontic, Pantelhó, y Simojovel.
De acuerdo con la Dirección General de Asociaciones Religiosas de la Subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobierno, la variedad religiosa ha desencadenado conflictos que ocurren con mayor frecuencia en Chiapas, Oaxaca y Guerrero; en estados como Puebla, Estado de México e Hidalgo también ocurren aunque con menor frecuencia.
Los datos indican que en los mismos seis estados el índice de catolicismo ha disminuido, lo que a su vez ha traído como consecuencia intolerancia religiosa; fenómeno que también ocurre principalmente en Chiapas, Guerrero, Oaxaca e Hidalgo.
Aunque Chiapas encabeza la lista por el número de conflictos ocurridos anualmente, organizaciones civiles advierten que no son atendidos adecuadamente por el gobierno estatal y aseguran que en once municipios hay alrededor de 30 conflictos religiosos que califican como «graves» e involucran a más de mil personas.
Algunos conflictos han resultado en golpes o acciones que ocasionaron daños físicos severos y en algunos otros casos terminaron en el desplazamiento.

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