AMLO hace su jugada, se alia con Encuentro Social

El PES, autodefinido como un defensor de la familia, será parte de la coalición ‘Juntos haremos historia’ que apoya al candidato izquierdista a la presidencia de México

Agencias

[dropcap]»[/dropcap]Lo más importante es lograr el cambio político en nuestro país». Así ha justificado este miércoles Hugo Eric Flores, presidente del conservador Partido Encuentro Social (PES), la decisión de aliarse con los izquierdistas Morena y Partido del Trabajo (PT) para apoyar a Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales de 2018.
La coalición, que se ha fraguado a las puertas de uno de los comicios más competidos de los últimos años, ha sorprendido por unir a los dos extremos del espectro político en México. De un lado está el PES, una agrupación afín a la derecha evangélica y que defiende la familia como el pilar de la sociedad. Del otro se encuentra un bloque de izquierda nacionalista que abandera un discurso contra un régimen de corrupción y privilegios. «Toda la parte ideológica que no compartimos no se incluyó en su programa de Gobierno», ha dicho Flores sobre las discrepancias entre los nuevos aliados, que competirán en coalición en 296 de 300 distritos del país.
«La alianza del PES con Morena es una terrible y lamentable noticia para un partido que se precia de izquierda», asevera Genaro Lozano, politólogo de la Universidad Iberoamericana. Pese a pertenecer a organizaciones progresistas, López Obrador había evitado pronunciarse de forma tajante o había desestimado temas como la legalización del aborto y el matrimonio igualitario, al decir que no eran asuntos «tan importantes» o «que debían someterse a plebiscito».
El PES, que cuenta con 10 diputados en la Cámara baja, presentó una iniciativa (que fracasó) en septiembre del año pasado para reconocer el matrimonio solo como la unión entre un hombre y una mujer. «Vamos para atrás con esa legislación (el matrimonio igualitario) que ha hecho daño», dijo la diputada del PES Edith Martínez a unos días de la marcha del ultraconservador Frente Nacional por la Familia el año pasado. «Confirma el conservadurismo ideológico y religioso de López Obrador, me parece un retroceso terrible», afirma Lozano, un conocido activista del colectivo LGBT.
«Es una estrategia puramente electoral, sus propuestas y sus ideologías no tienen nada que ver», añade Horacio Vives, politólogo del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Vives considera que esta elección se empieza a caracterizar como una votación en la que las coincidencias ideológicas se han aparcado ante la prioridad de sumar apoyos.
El profesor del ITAM cita como otro ejemplo claro la coalición Por México al Frente, compuesta por el conservador Partido Acción Nacional, Movimiento Ciudadano —antiguo aliado de López Obrador— y el Partido de la Revolución Democrática —que postuló al político tabasqueño en las dos últimas elecciones antes de romper con él en 2015—. El PRI, por su parte, ha acudido a dos socios recurrentes: Nueva Alianza y el Partido Verde Ecologista.
Vives señala que el beneficio de la alianza, denominada Juntos haremos historia, es mutuo. El PES gana votos necesarios para alcanzar el umbral del 3 por ciento del electorado para mantener el registro y López Obrador puede ganar votos de un espectro por el que de otra forma no hubiera competido. «Es una alianza que suma a su causa, considerando que tiene una base de votantes que difícilmente se desencanta de sus acciones», estima Vives. El PES, que obtuvo su registro en las elecciones legislativas de 2015, presume su fortaleza en Baja California, el Estado en el que se fundó, y en Morelos, donde apoya al exfutbolista y alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, como gobernador.
«Es una alianza que tiene que ver también con obtener más minutos en spots electorales», agrega Lozano sobre la lucha en el reparto de la publicidad electoral. «Será interesante ver qué hará López Obrador con ese tiempo, si hablará sobre reconocer la vida desde la concepción o si se lanzará contra el matrimonio igualitario», ironiza el académico, que lamenta que ninguna fuerza política ha buscado cortejar al electorado progresista en el nuevo sistema de alianzas. «La política de alianzas de Encuentro Social siempre ha sido diversa, decidimos más por candidatos que por partido», dijo Flores a El Economista, al ser cuestionado sobre su nuevo aliado y sus pasados socios: el PAN y el PRI.

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