Análisis a Fondo / Francisco Gómez Maza

 Globo inflado, desinflado

  • AMLO, sentenciado por los magistrados de violencia política de género
  • Pero el Presidente se refería a la forma cómo fue seleccionada Xóchitl

Ahora resulta que la figura legal, llamada por el legislador “Violencia Política en Razón de Género”, es a la vida política lo que la Excomunión es a la vida clerical, y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tienen la manga tan ancha como su ignorancia, al imponer al Presidente de la República – no a ningún juez violador de secretarias- “medidas cautelares” por sus comentarios contra Xóchitl Gálvez, al advertir “posible violencia política de género”. Y el “comentario” – no es comentario, señores magistrados; es una expresión para calificar un hecho; es sólo un comparativo.

La expresión empleada por el presidente López Obrador de “globo inflado”, para referirse a la forma, al modo cómo los magnates patronos, dueños del PAN (Marko Cortés es sólo el mandadero del fabricante de los rollos de papel sanitario), inflaron la figura de la senadora hidalguense, luego de que la destapó el propio AMLO en una de sus mañaneras, y le hicieron creer que ella podía ser candidata presidencial, porque, pues, no tenían a nadie que los representara para competir con cualquiera de las corcholatas de Morena. Y eso ya es decir mucho… A falta de pan, buenas son cemitas.

Y es que los mexicanos, todos, no sólo los pobres y humildes de corazón, que sobreviven en la orfandad, en las zonas paupérrimas de las ciudades, sino también los que tienen su cuarto de baño en Las Lomas de Chapultepec, o en todas las zonas habitacionales más lujuriosas del país, tenemos un gran diccionario de dichos muy  precisos para nombrar o calificar lo que se dice o se hace en el diario vivir. Y Globo Inflado, sin comillas, es la expresión que se emplea para calificar a alguien o a algo que, sin mérito alguno, y con muchas deficiencias de cerebro y personalidad (vocabulario florido, peladeces, majaderías, sapos y culebras, entre muchas otras capacidades lexicográficas de manejo de la procacidad) es elevado de categoría moral, para crear una falsa personalidad que provoque la simpatía del populacho, pero antes que éste, la de los empresarios ultraderechistas, súper reaccionarios, que constituyen el poder tras el trono del Señor X (el junior de los pañales Kimberly), a su vez amo y señor de los cortez, de los Moreno y de los chuchos.

Como bien lo dice mi buen amigo michochiapense, Arcadio Acevedo: “Sabedor de las reacciones que suscitaría (hoy, más que nunca, opinar es caminar en terreno minado), me puse el caparazón, única fornitura defensiva a la mano, y opiné. Sostuve, sostengo, que el haber calificado AMLO a Xóchitl de “globo inflado”, refiriéndose a su súbita, emocionada y todavía extraoficial candidatura, no implicaba violencia de género. “Inflar globos” es una manera popular de identificar la exageración, el sobredimensionamiento de un producto, de un hombre o de una mujer, a través de los medios o de ‘radio bemba’. Casos de personajes, hombres y mujeres, que nos quisieron vender como súper zepelín y tuvieron el final del Hildenburg, sobran. Tendría sustento el reclamo, la acusación, si la expresión hubiese aludido al aspecto físico de Xóchitl. No fue así.

Inflar el globo (Continúa el gran Arcadio): en un santiamén convirtieron a Xóchitl en mártir y patrona milagrosa en todos los nichos: Ciro, Cárdenas, Aristegui, Ruiz Healy, Loret, CNN, Alatorre, etc, dije también. No especulo, cito hechos que a nadie deberían sorprender. Se trata de la disputa feroz por el poder. (La política es una guerra sin efusión de sangre; la guerra una política con efusión de sangre. Mao Zedong). En iguales circunstancias, los morenistas no habrían actuado de diferente manera.

Ésta es, pues, la situación de los globos inflados. Y digan lo que digan o no digan, sentencien o no sentencien los empleados del TEPJF, llamados magistrados, la eventual candidatura – me temo que ya se desinfló- de Xóchitl fue un globo inflado. No ella. Sería muy majadero que, por su humanidad, se le llamase así. Igual que varios derechistas del PAN se burlan de la Secretaria General de Morena, Citlalli Hernández.

Qué bárbaros los magistrados. Todos son derechistas, pero se deben a todos, derechistas e izquierdistas, cristianos y musulmanes, budistas y sunitas… Resulta que, como son ultraconservadores estos “jueces”, todo el mundo de la ladera izquierda está a su merced.

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