En los últimos cuatro meses de este año, el costo de la canasta alimentaria en las localidades urbanas y rurales de México, incrementó 2.43 por ciento y 2.71 por ciento, respectivamente
Ana Liz Leyte / Aquínoticias
En los últimos cuatro meses de este año, el costo de la canasta alimentaria en las localidades urbanas y rurales de México, incrementó 2.43 por ciento y 2.71 por ciento, respectivamente.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) expone en la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos, que el valor de la canasta alimentaria urbana pasó de los mil 930 pesos con 38 centavos en enero, a los mil 978 pesos con 54 centavos en abril de 2022; mientras que el valor de la canasta alimentaria rural pasó de los mil 481 pesos con 10 centavos, a los mil 522 pesos con 44 centavos, esto durante el mismo periodo.
Por lo anterior, la adquisición de la canasta alimentaria urbana aumentó de enero de 2022 a abril de 2022 más 2.4 por ciento, mientras que la canasta alimentaria rural creció más de 2.7 por ciento durante dicho periodo.
De esta forma, para que un trabajador asalariado en Chiapas pueda adquirir los productos de la canasta alimentaria en localidades rurales y urbanas, tiene que destinar entre nueve a 12 salarios mínimos para poder cubrir sus necesidades.
Cabe precisar, que el salario pasó de los 141 pesos con 70 centavos a los 172 pesos con 87 centavos diarios, mientras que en la Zona Libre de la Frontera Norte este pasó de los 213 pesos con 39 centavos a los 260 pesos con 34 centavos.
Tomando en cuenta lo anterior, el Coneval puntualiza que las Líneas de Pobreza por Ingresos tienen como propósito contar con un referente monetario para determinar si lo que perciben las personas es mayor o menor a ciertos umbrales de ingreso establecidos de acuerdo con criterios específicos, es decir, si el ingreso corriente por persona es suficiente para adquirir los productos de las canastas. Por lo que, no constituyen una sugerencia del patrón de gasto que deben adoptar los hogares mexicanos para cubrir sus necesidades, debido a que la estructura del gasto depende de las necesidades, la disponibilidad de bienes de consumo y preferencias específicas de cada individuo o familia.