Descubre los beneficios de combinar hortalizas y cómo el intercambiar entre tipos de plantas puede ayudar a mantener la salud de tu huerto
Lucero Natarén / Aquínoticias
El desarrollo natural de los vegetales sin utilizar agregados químicos es una preocupación real a la hora de tener un huerto, he aquí donde la asociación y rotación de cultivos toman importancia.
Asociación de cultivos
Se trata de la combinación en un mismo periodo de tiempo y en un mismo huerto dos o más cultivos. Esto genera beneficios. Por un lado, algunos insectos no se acercan debido a que el aroma que algunas plantas despiden (ajo, romero, manzanilla, cebolla, epazote, hierbabuena, ruda, tomillo o cempasúchil) sirve como repelente natural e impide la estancia de parásitos y plagas.
Y por el otro, asociar cultivos de frutas y hortalizas con plantas florales y aromáticas atraerá a insectos beneficos que sirven para el control biológico. La caléndula, por ejemplo, atrae enemigos naturales del pulgón verde y otras, como la salvia, romero o tomillo, alejan a las moscas, hormigas y al pulgón de la zanahoria y de la col.
Algo que debe tomarse en cuenta es no asociar plantas de la misma familia botánica o que requieran el mismo nutriente, ya que esto podría provocar desmineralización del sueño. Ejemplos de plantas de la misma familia que no deben asociarse son:
Cucurbitáceas, por ejemplo: sandía, melón, calabaza, calabacín, pepino, entre otros.
Leguminosas, por ejemplo: habas, ejotes, chícharos, lentejas, entre otros.
Solanáceas, por ejemplo: berenjena, jitomate, pimiento, papa, entre otros.
Beneficios
- Se aprovechan mejor los recursos como el agua y los nutrientes.
- Se evita la proliferación de plantas ajenas al cultivo.
- Mejor protección contra plagas y enfermedades.
Rotación de cultivos
Es una técnica de agricultura tradicional que consiste en alternar a lo largo del tiempo distintos cultivos. O sea, en cada fracción de suelo se siembra un tipo de cultivo diferente cada temporada.
El propósito es mantener la biodiversidad (especies distintas de plantas, insectos, entre otros) para aprovechar las diferencias que tienen los cultivos en el ritmo de absorción de los nutrientes de la tierra.
Pese a que todos los cultivos requieren más o menos los mismos nutrientes para desarrollarse, no siempre los necesitan en la misma cantidad.
Por mencionar un caso, si se siembra siempre en un espacio, una hortaliza exigente (con requerimientos muy altos de nutrientes o de un nutriente en concreto), se irá «agotando» el sustrato y se tendrá que fertilizar mucho más que si únicamente se deja una temporada y se intercambia por otra planta menos exigente en el siguiente cultivo.
Beneficios
- Aumenta la biodiversidad, es decir, que habrá insectos y plantas benéficas, dando impactos positivos al suelo de los cultivos.
- Se favorece al equilibrio y la disminución de las hierbas malas.
- Se mejoran las reservas de humus de lombriz (excremento de lombriz) en el suelo por lo que se consigue uno más «vivo y sano».
- Se estimula la actividad de microorganismos beneficiosos que viven el sustrato.