El médico, especialista en medicina interna, Juan Miguel Ramírez Jiménez explica porque este insumo sólo debe ser indicado y monitoreado por un experto, además habla sobre la hipoxemia feliz, una condición donde se pierde el oxígeno sin que las personas lo noten
Lucero Natarén / Aquínoticias
La aplicación de oxígeno medicinal se ha convertido en una práctica común durante la pandemia por COVID-19, sin embargo, no debe ser nunca automedicado sólo por sentir que falta el aire. Su aplicación, advierte el médico internista Juan Miguel Ramírez Jiménez, debe ser indicada por un especialista.
El internista explica que los pulmones están diseñados para consumir un aire compuesto por diversos gases y un contenido máximo de 40 por ciento de oxígeno. Si se consume más allá de lo permitido, se generan moléculas llamadas radicales libres que pueden reaccionar con otros elementos, formando químicos que pueden generar, entre otras afectaciones, fibrosis, es decir, costras en los pulmones, lo cual afecta su funcionamiento.
Aunque la administración de oxígeno medicinal automedicada puede tardar años en causar daños en pulmones jóvenes y sanos, expone el doctor, no así en pacientes con problemas pulmonares previos como es el asma, o en el caso de fumadores, en estas circunstancias se puede generar daños severos e irreversibles en los órganos respiratorios.
Autoridades de salud han advertido que su uso automedicado podría resultar fatal, debido a que aumenta las posibilidades de paro respiratorio.
Otro de los aspectos por los cuales el oxígeno debe ser administrado por profesionales de la salud, aseguró el doctor Ramírez Jiménez, es que estos pueden valorar los efectos positivos o negativos de la aplicación de este gas, y, de ser necesario, pueden determinar el uso de respiradores artificiales.
Por otra parte, advierte de una condición de salud que ocurre en pacientes con cuadros de COVID-19, la hipoxemia feliz, «esta afección es la pérdida silenciosa de concentraciones de oxígeno, donde el paciente no lo nota».
Ante tal panorama, el médico aconseja que de haber convivido con personas diagnosticadas o sospechosas de COVID-19, o de presentar síntomas vinculados al SARS-CoV-2, pero no sentir dificultad respiratoria, se debe monitorear a través de un oxímetro si se tiene un descenso de saturación de oxígeno durante los siete días siguientes, siendo el mínimo 93 por ciento, de ser así, se debe acudir a un médico para que determine si es necesario el uso de oxígeno medicinal y sea él o ella quien capacite a quienes serán responsables del paciente, en caso de atenderse en casa.