En Puerto Arista y Boca del Cielo, sitios que representan un Área Natural Protegida federal, presenciaron el arribo de una visitante solitaria e inesperada, una Mirounga leonina, hembra subadulta, de aproximadamente tres metros y 400 kilogramos
Lucero Natarén / Aquínoticias
La tranquilidad de Puerto Arista y Boca del Cielo fue interrumpida por una visita inesperada este 15 y 16 de diciembre, cuando un elefante marino, de aproximadamente tres metros y con un peso cercano a 400 kilogramos, se presentó en la playa del Santuario.
Con el apoyo y asesoría de los especialistas en mamíferos marinos, Arturo Romero Tenorio, de la Fundación Amikoo-Dolphinaris, el Dr. Juan Pablo Gallo Reynoso, investigador del CIAD (Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo), Unidad Guaymas, y de los doctores Fernando Elorriaga, presidente de la SOMEMMA, e Hiram Nanduca, coordinador de la Red Nacional de Atención a Varamientos de Mamíferos Marinos de México, se identificó que se trataba de una hembra subadulta de elefante marino (Mirounga leonina), proveniente de la Patagonia en Argentina, -unos 7 mil 500 kilómetros aproximadamente desde su origen hasta el lugar donde fue encontrada-.
Es importante resaltar que esta especie se encuentra dentro de una lista de categorías de riesgo a nivel internacional. De acuerdo a comentarios de los especialistas y de la observación, no se trata de un varamiento, ya que el ejemplar puede valerse por sí mismo.
El primer avistamiento se dio a las 6 de la mañana del martes en una zona conocida como Manglares de la Barra o la Barrita, rumbo a la bocabarra de Boca del Cielo. Los habitantes a primera instancia lo confundieron con una ballena, pues el dorso del animal tenía esa apariencia cuando se asomaba sobre la superficie del agua.
A las 2:45 de la tarde, un vigilante comunitario del Santuario Playa de Puerto Arista dio el aviso al personal técnico del campamento tortuguero de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) de un nuevo avistamiento situado a kilómetro y medio al sureste del campamento.
Esta vez, la especie fue identificada como un elefante marino. Cuando el personal del Santuario llegó, el ejemplar había vuelto al agua, pues se asustó con la presencia de los turistas que se acercaban a grabar y tomarle fotos.
Según los testigos, el elefante marino viajó del sureste hacia al noreste de la línea de costa, sin embargo, sin una razón aparente, volvió al sur, llegando al centro de la playa de Puerto Arista. Resaltando que la afluencia turística no permitió que el mamífero descansara; asustado, regresó al mar.
Más tarde, el elefante marino volvió a realizar un arribo a la playa, esta vez, el personal del Santuario pudo montar vigilancia, apoyado por elementos de la Guardia Nacional, con lo cual el mamífero marino pudo descansar un breve momento.
Conforme a la coordinación del Santuario Playa de Puerto Arista y a los especialistas, el animal se encuentra saludable y sin algún tipo de herida, así como ningún indicio de captura incidental, por lo que no requirió ninguna acción de manejo. A las 5 de la tarde de este miércoles 16 de diciembre, personal del Santuario y de la región continuaban monitoreando al ejemplar en Boca del Cielo, cuidando no sea perturbado, ya que el mamífero cruzó a aguas tranquilas, es decir, al estero.