México redujo la pobreza en dos años, pero tres de cada diez mexicanos siguen en esa condición y casi la mitad carece de seguridad social
AquíNoticias Staff
En México, la pobreza disminuyó. Según la primera Medición de Pobreza Multidimensional del Inegi, en 2024 se contabilizaron 38.4 millones de personas en situación de pobreza, frente a los 46.8 millones de 2022. Es decir, una reducción del 17.7% en apenas dos años.
Los números suenan alentadores, pero esconden la sombra de un problema más grande: el empleo precario y la falta de seguridad social, que afecta a casi la mitad de la población.
Avance con matices
La pobreza extrema también mostró una baja: de 9.1 millones en 2022 a 7 millones en 2024. Y los indicadores de carencias sociales, como educación, salud, vivienda y alimentación, se redujeron respecto a años anteriores. Pero lo que debería ser un triunfo se convierte en un recordatorio: los avances no borran la desigualdad estructural.
El gran pendiente: seguridad social
El dato más duro es que el 48.2% de los mexicanos carece de seguridad social. Eso significa que millones de trabajadores no tienen pensión, prestaciones ni cobertura médica. Viven al día, dependiendo de empleos informales o contratos temporales. Este déficit convierte al empleo precario en el verdadero “monstruo” que sostiene la pobreza en México.
Lectura política
Las cifras muestran que las políticas sociales y los programas de apoyo tienen un efecto. Pero no garantizan bienestar duradero. La reducción de la pobreza no puede ser bandera de victoria cuando tres de cada diez mexicanos siguen en esa condición y la mitad carece de derechos laborales básicos.
La política social debe pasar de contener la pobreza a construir movilidad social real, donde el trabajo sea un camino hacia la seguridad y no un sinónimo de incertidumbre.
El monstruo no está en los números, sino en el empleo precario que mantiene viva la desigualdad.