Bitacora Correcaminos

La fe en tiempos de COVID-19, de Carlos Moreno Bush

Para llegar a San Rafael le cuelga. Es una comunidad perteneciente a La Concordia, municipio de la región Frailesca. Si bien le va al visitante, se encuentra a nada menos de cuatro horas de la cabecera municipal. Camino de terracería, no son pocas las veces que se obstruye por encharcamientos y deslaves. Aquí sí aplica eso de «ir lejos para estar más cerca de la gente».
Como toda comunidad apartada de Chiapas se ha quedado atrás en el desarrollo, le faltan servicios. Sin ningún Centro de Salud, la esperanza radica en la visita que dos veces al año realiza una asociación norteamericana para brindarles atención médica, consultas y medicinas.
Basta un momento en esta comunidad para darse cuenta que aquí se dan muy bien dos cosas: el café y la palabra de Dios. Son Testigos de Jehová y dan testimonio de que la vida en comunidad es posible. Tapiscan y secan el grano, cantan y elevan oraciones.
Su líder religioso y comunitario, Don Moisés López López, los llama a cuidar algo tan bello y frágil como lo es la vida: «Compañeros, debemos vacunarnos para así poder seguir con nuestras actividades diarias, trabajar y sacar adelante a nuestras familias; la vacuna vino para ayudarnos y no para perjudicarnos». Contrario a lo que se pensaría: la religión no está peleada con la vacuna.
En la Frailesca, así como en la mayoría de las regiones en Chiapas, la vacuna no era gratis. Muchos frailescanos tenían que trasladarse de sus comunidades a las cabeceras para poder vacunarse, ocasionando gastos y pérdida de jornadas laborales. Con el Plan de Refuerzo de la Vacunación contra Covid-19 en Chiapas, a cargo del Maestro Zoé Robledo, y por instrucciones del Presidente Andrés Manuel López Obrador, la salud es un derecho y nunca más un privilegio.
Puedo dar fe que Don Moisés es como un pastor que cuida del rebaño. Al terminar la primera reunión informativa entre los promotores de la vacunación y las autoridades locales, se volvió al pueblo para instruir: «No bajemos la guardia, sigamos cuidándonos, las reuniones de muchas personas en grupos grandes siguen estando prohibidas, llevemos a cabo las reglas de seguridad y protejamos a los nuestros».
San Rafael es un reflejo de lo que se vive en la Frailesca: Las personas están contentas porque están vacunadas, se sienten protegidas al saber que la vacuna es la mejor arma para combatir el COVID-19 y son responsables al seguir manteniendo las medidas sanitarias necesarias. Prueba de ello es que esta región fue de las primeras en alcanzar el 70% de cobertura, es decir, la inmunidad de grupo.
El frailescano, entre otras cosas, tiene regionalismos muy marcados a la hora de expresarse, es por ello que en el proceso de vacunación, cuando la gente veía que llegábamos con la vacuna a sus comunidades nos decían: «échenle jule a sus canía», que quiere decir «apúrenle». La Frailesca demostró que sí se quería vacunar, sólo había que ir a donde estaban.
Se dice que San Rafael es el arcángel responsable de las curaciones. En esta comunidad la gente confió en la vacuna. En esta comunidad la fe cura.
*El autor fue responsable de la vacunación contra Covid-19 en el Distrito de Salud IV, región Frailesca, durante el segundo semestre de 2021.

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