Carnaval zoque: un diálogo con los astros

En Tuxtla, la danza de la pluma de guacamaya reactiva la conexión sagrada entre cuerpo, tierra y universo desde lo indígena

Noé Juan Farrera Garzón / AquíNoticias Staff

El Carnaval Zoque de Tuxtla Gutiérrez emerge como un puente viviente con el pasado ancestral, donde tambores y flautas de carrizo resuenan con la memoria de un pueblo. Esta festividad, considerada entre las más antiguas de Chiapas, transforma las calles en un códice danzante semanas antes de Cuaresma.

En su epicentro brilla el Napapoc Etze o «danza de la pluma de guacamaya», un ritual que plasma la conexión zoque con los astros y la naturaleza. Cada movimiento de las plumas rojas y amarillas teje narrativas cósmicas, mientras el Suyú Etzé complementa esta ceremonia con su propia cadencia ritual.

Ocozocoautla y otros municipios replican la celebración con variantes locales, pero es en Tuxtla donde alcanza su máxima expresión identitaria. Los trajes bordados con símbolos ancestrales conviven con máscaras que guardan secretos de generaciones, creando un mosaico cultural único.

«Esta fiesta es nuestra forma de dialogar con el universo», comparte un danzante anónimo entre los sones del carrizo. La música, ejecutada con instrumentos tradicionales, sirve de vehículo espiritual para honrar la relación sagrada entre el pueblo zoque y su territorio.

Más que un espectáculo turístico, el carnaval funciona como un sistema de resistencia cultural. Cada año, las nuevas generaciones aprenden los pasos rituales que preservan la lengua, los mitos y la filosofía zoque frente a la modernidad.

Para 2024, los organizadores proyectan incluir talleres de danza para niños y exposiciones de indumentaria tradicional, reforzando el carácter pedagógico de esta celebración que convierte a Tuxtla en custodio de la memoria zoque.

Vía Primer Plano Magazine

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *