Su obsolescencia como medio de comunicación, falta de cultura en el manejo de los desperdicios o simplemente flojera, han generado una «epidemia» de teléfonos sucios, lo cual además de ser un foco de infección, daña drásticamente la imagen de Tuxtla Gutiérrez
Lucero Natarén / Aquínoticias
Caminar por las calles de Tuxtla Gutiérrez y observar las casetas telefónicas con basura se ha vuelto parte del entorno. Para algunos tuxtlecos verlos así simboliza dos cosas: en primera, la falta de contenedores en la ciudad, y en segunda, la ausencia o poca cultura de los ciudadanos.
Los comerciantes que se encuentran ubicados cercanos a los teléfonos públicos cuentan que, quizá, «a lo mucho una persona utilizarlos para llamar», mientras que los demás parece que solo ven un «cesto de basura».
En ocasiones, quienes venden frutas o algún otro producto les ha tocado llamarles la atención a los ciudadanos que ejercen malas practicas en el manejo de sus residuos. Ante esta situación, expresan que no sólo faltan contenedores en los puntos estratégicos de la ciudad, sino que también, es necesario que la ciudadanía comprenda que el daño es para ellos mismos y para el entorno, además de dañar la imagen de la ciudad.
En la calle central hay casetas colocadas de manera consecutiva. Dos de cada tres de ellas se utilizan para depositar basura, lo extraño es que los teléfonos sucios funcionan, volviendo injustificable su comportamiento.