Aunque la presidenta fue criticada por deslindarse de la incursión chiapaneca en Guatemala, cabe preguntarse: ¿no es, en realidad, una estrategia para evitar que el gobierno estadounidense tenga el pretexto perfecto para intervenir militarmente en la frontera norte de México?
AquíNoticias Staff
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se desmarcó este martes del operativo donde elementos de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP) de Chiapas ingresaron a Guatemala, enfatizando que «no se puede violentar la soberanía de un país».
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum dejó clara la postura oficial: «En eso no estamos de acuerdo y sus policías deben ser sancionados». Reveló que el canciller Juan Ramón de la Fuente mantiene comunicación con el gobierno guatemalteco para establecer mecanismos de coordinación fronteriza.
La jefa del Ejecutivo federal planteó una solución diplomática: «Cada quien debe trabajar en su propio territorio y establecer formas de coordinación». Anunció que se reforzarán los protocolos de seguridad bilateral para evitar nuevos incidentes.
Sobre el polémico operativo, Sheinbaum pidió analizar el caso más allá de «las escenas que se vieron en algunos videos», enfatizando que cualquier denuncia particular debe resolverse mediante los canales institucionales de colaboración entre ambos países.
La presidenta optó por una línea de diálogo y respeto mutuo, subrayando la importancia de mantener relaciones cordiales con el vecino del sur.
El incidente ha puesto en evidencia la necesidad de reforzar los protocolos de actuación en la frontera sur, donde el crimen organizado opera aprovechando las jurisdicciones nacionales. Sheinbaum confirmó que se trabajará en mecanismos de inteligencia y acción conjunta para combatir a las células criminales sin vulnerar soberanías.
Con información de El Universal
