Chiapas, a punto del «suicidio ecolgico»

Tala ilegal, incendios, falta de voluntad política e inconciencia social, figuran entre los principales factores que contribuyen al declive de los bosques en la entidad; ONG»s advierten que el deterioro del territorio forestal en el estado traerá consecuencias devastadoras en la población, por lo que exigen modificación a las políticas públicas y reflexión social

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]L[/dropcap]a tala ilegal y desmedida, la excesiva demanda de recursos naturales, así como el incremento de las actividades agropecuarias siguen provocado la destrucción de miles de hectáreas de bosques y selvas en Chiapas, ante la indiferencia de la población y los gobiernos que no han valorado la importancia de estos ecosistemas.
El estado tuvo –en algún momento– el mayor número de superficie forestal en el país, se estimaba que más del 95 por ciento del territorio estatal era bosque pero las condiciones sociales, económicas y la falta de voluntad política terminaron por devorar a los gigantes del planeta y ocasionar un desequilibrio ecológico, climatológico y ambiental.
De acuerdo con Cecropia, Soluciones Locales a Retos Globales A.C, a Chiapas únicamente le queda el 20 por ciento de la superficie de sus bosques y selvas; el resto son bosques en transición, es decir un porcentaje alto se está recuperando o perdiendo.
Datos oficiales de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) revelan que, con respecto al proceso histórico de perdida de vegetación, la entidad se coloca dentro de los primeros 10 lugares a nivel nacional por la tasa de deforestación; y según declaró para diario Portavoz el jefe del Departamento de Producción de esta dependencia federal, Adalberto Vargas Guillén, los índices de deforestación en el estado incrementaron desmedidamente en los últimos años.
Son diversos los factores que han contribuido al declive de los bosques en el territorio chiapaneco, pero de acuerdo con distintas Organizaciones No Gubernamentales defensoras de los derechos ambientales y la tierra, el daño forestal se debe a la falta de cultura, economía y política forestal; toda vez que el mal manejo de las políticas públicas en el estado han desatado incongruencias y competencias entre las mismas estrategias de conservación de bosques.
En comparación con estados como Durango y Chihuahua, en donde un gran porcentaje de su economía proviene del manejo de los bosques, en Chiapas dicho porcentaje es casi nulo, ya que representa menos del 1 por ciento del PIB agropecuario.
Lo anterior, indica que el estado ha desaprovechado la capacidad de recuperación que tienen sus árboles y ha contribuido a la destrucción masiva de sus bosques.

Incongruencias entre políticas de apoyo, principal obstáculo

El jefe del Departamento de Producción de la Conafor en Chiapas señaló que la deforestación es multisectorial y tiene como principal detonador la falta de coordinación entre políticas públicas; por ejemplo, dijo, que las actividades agropecuarias compiten constantemente con las actividades forestales, algo que ya está catalogado como una problemática grave en el cuidado de los bosques.
Precisó que la desarticulación entre la Sagarpa y la Conafor es considerada una de las debilidades para la conservación de los bosques, toda vez que ocasiona preferencia por las actividades productivas a corto plazo; «es entendible que ahora, los dueños de bosques prefieren actividades agropecuarias porque tienen ingresos anuales ya que para formar parte del manejo forestal se requiere un visión a largo plazo, cerca de 10,15 y hasta 20 años».
Por esa razón, la Conafor a través del Departamento de Producción ha puesto en marcha el Manejo Forestal Sustentable de los Bosques, instrumento que está a favor de la conservación del territorio forestal y que permite conocer cuánto crece un bosque, cuánto se puede extraer de él y cuáles son los métodos que favorecen su regeneración.
«A través del manejo sustentable, se busca que la gente empiece a optar por actividades sustentables de conservación y que la política pública se empiece a coordinar de modo que no sea una competencia desleal sino más bien contribuya a la disminución de la deforestación».
Por su parte, el director de Cecropia, Juan Carlos Franco Guillén, expresó que a pesar que la entidad chiapaneca destaca a nivel nacional por ser el estado con el mayor número de áreas naturales protegidas, el privilegio que el gobierno le ha dado a la producción agrícola, ha traído como resultado una competencia y una masiva tala de árboles en reservas de bosques naturales.
«Por un lado tenemos políticas forestales que prohíben el uso de actividades productivas y por el otro extremo, promueves intensamente la producción agrícola, entonces, cuando se encuentran ambas políticas públicas pasan dos cosas: la prohibición hace que las personas empiecen a provechar los bosques de manera ilegal y por otra parte, las políticas que están incentivando la producción agrícola y ganadera están comiéndose al bosque»; explicó.
A la fecha, son pocas las comunidades que tienen la certificación de bosques bien manejados, según explica la Conafor, esto contribuye a que la tala ilegal se expanda en el territorio, debido a que aquellos que venden su madera en el mercado y están certificados se ven obligados a tener un sobreprecio, algo a lo que la gente no está acostumbrada a pagar.
Es decir, la parte ilegal es mucho más económica, la población empieza a tener preferencias por lo rápido y lo barato, «los consumidores piden lo más accesible y sin tantos rollos, ya no se fija si viene de un bosque manejado o su procedencia, esta es la otra gran contribuyente para la pérdida de los bosques», explica el funcionario de la Conafor.
Aquellos que realizan actividades de manera ilegal no tienen una técnica para realizar el aprovechamiento, quieren más de lo que se puede, dejan lo peor y se llevan lo mejor; y además, no tienen ningún compromiso de regenerar y ver que el bosque siga manteniendo una reproducción natural.

Tala ilegal, enemigo millonario

Se calcula que a nivel nacional, un 70 por ciento de la madera que circula es ilegal, sin embargo, el índice es bajo, comparado con la madera ilegal que circula en el estado; que según estadísticas de Cecropia, es del 80 por ciento; lo que responde a la pregunta de por qué Chiapas se coloca dentro de los 10 primeros lugares a nivel nacional en deforestación.
A pesar de los esfuerzos que se están realizando por parte de ONG»s, activistas independientes e instituciones gubernamentales, la tala ilegal masiva alcanza índices cada vez más altos, lo que alerta a Cecropia, quienes consideran que el principal obstáculo para frenar este millonario negocio es el «lavado de madera» que se ha detectado en la entidad.
«Nuestra madera legal se está mezclando con la ilegal, sabemos que a los dueños de los bosques se les hace tedioso seguir tantos trámites y ante la oferta de los productores de madera ilegal, fácilmente ceden a precios un poco más bajos sin necesidad de tanto rollo, por lo que es necesario solicitar a las autoridades que implementen estrategias de atención a la tala ilegal», asegura Franco Guillén.
Diversos estudios han revelado que quienes terminan beneficiándose de la producción de madera ilegal son funcionarios corruptos y que quienes realizan las operaciones son bandas de crimen organizado; integrantes de Cecropia advierten que en Chiapas, los procesos de este tipo no son manejados por «unos cuantos» sino que se tratan de organizaciones grandes que se hacen cada día más fuertes.
No se tiene identificada una temporada en la que el aprovechamiento ilegal incremente su producción, sin embargo, se cree que es durante la sequía cuando los índices incrementan, considerando que tanto para la tala legal como ilegal, el acceso a los bosques se dificulta en temporadas de lluvias.
Una manera en la que la población puede contribuir a la reducción de la tala ilegal es, informándose. Además, procurando acudir a establecimientos formales y solicitando en cada compra, algún sello de certificación.
Vargas Guillén asegura que identificar la madera ilegal es fácil y puede hacerse desde el primer contacto que el vendedor tiene con el consumidor, «desde el momento en el que nosotros notamos que la madera es motoaserrada, tenemos un indicador de que no proviene de un bosque bien manejado y que su extracción se hizo en la ilegalidad».
Cecropia por su parte, ha detectado que en la entidad, es ilegal tanto la madera que circula como la que se extrae; estudios indican que en su mayoría son vendidos a la península de Yucatán –en territorio mexicano–, mientras que su principal consumidor internacional es China, país que con el aumento del poder adquisitivo de un sector de su población, ha disparado la demanda de maderas finas.

Los ecosistemas se desvanecen, la población corre peligro

Aunque muchas especies de árboles están en peligro de desaparecer, para el director de Cecropia el verdadero peligro es para la población. Calentamiento global, contaminación, deslaves, son solamente algunas de las consecuencias de la deforestación y que muchas veces, la población desconoce o simplemente pasa por alto.
El impacto de la tala desmedida se ha visto principalmente en bosques de pino, encinos o robles, y los estudios más recientes indican que Cintalapa, es el municipio que mayor afectación ha tenido en sus bosques, por lo que se prevé que existan zonas que queden semidesérticas por tanta extracción de robles para carbón; mientras que en la parte de los Altos de Chiapas la extracción de pino es un enemigo gigante.
«Las especies están amenazadas en su totalidad pero en realidad quienes están en verdadero peligro son los pobladores que viven cerca de esos bosques, porque al perder esa cobertura forestal con el cambio climático aumentan los deslaves y la sequía; entonces, quienes realmente estamos en peligro somos los chiapanecos.»
Con respecto a las especies, indicó que la más amenazada en el estado es el Corazón Azul, especie tropical que es extraída principalmente de la Selva Lacandona y que comercializada a nivel mundial en el mercado negro, principalmente en China.
La Conafor advierte que los índices de tala ilegal terminarán consumiendo los bosques, considerando que los ciclos de recuperación se manejan en 10 años, y aunque anualmente esta dependencia realiza intervenciones que contribuyen a la recuperación de la extracción para que un árbol se recupere en su totalidad se requieren de 40 años –dependiendo del ecosistema–, aunque debido a las condiciones actuales, la recuperación puede llegar a alcanzar los 50 años.
Otra de las consecuencias que la pérdida de bosques traerá a corto plazo es el incremento de emisiones de gas de efecto invernadero, lo que ocasiona el calentamiento global a nivel mundial.
Comparando a Chiapas con Nuevo León, uno de los estados más industrializados del país, Cecropia ha detectado que los niveles de contaminación van de la mano, mientras que Nuevo León emite el 6.16 por ciento de gas por industrias, Chiapas emite el 5.7 por ciento por degradación, tala ilegal y pérdida de bosques.
Los escenarios de cambio climático que ya existen en Chiapas indican que los niveles de temperatura en el estado están incrementándose gradualmente y se espera tener impactos de más de 3.6 grados en 2075.
«Nuestra contaminación nos está saliendo demasiado cara, Chiapas emite a la atmosfera tres veces más gases de efecto invernadero que un país completo como Costa Rica.»
Es importante mencionar que las zonas que están teniendo mayor impacto tanto en temperatura como en disminución de precipitación son las que están teniendo más deforestación, por lo que se prevé que en el estado, considerado uno de los más vulnerables del país con un aproximado de 5 millones de habitantes las consecuencias sean devastadoras.
«Nuestros suelos son muy delgados, lo que los sostienen prácticamente son los bosques, si quitamos la cobertura forestal con las lluvias intensas, tenemos deslaves que terminan en sucesos catastróficos, lo que cada vez será más común en la entidad.»
Aunque Chiapas se coloca dentro de los estados con mayor daño en su territorio forestal, también figura dentro de los cinco estados piloto que buscan implementar estrategias para la reducción de deforestación; por el daño ocasionado a sus ecosistemas, Chiapas, Oaxaca, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Jalisco, están sirviendo como modelo para detener el daño.
Por parte de la Conafor, se han implementado estrategias con apoyos económicos para que las personas prefieran el manejo forestal, sin embargo, señalan que aun hacen falta acciones que vuelvan sustentables las actividades agropecuarias para que no sean una competencia y dejen de invadir a los bosques.
Cecropia, por su parte, ha creado una estrategia de atención integral a la tala y comercio ilegal, y exhorta a las autoridades a implementar estrategias que permitan a los dueños de los bosques hacer un manejo forestal real y a la población a buscar madera certificada.
«El problema está en la falta de información, necesitamos que los dueños de los bosques sepan que a través del comercio legal pueden obtener buenos resultados y nosotros como consumidores, informarnos acerca de los lugares en donde podemos adquirir madera certificada.»
Es así como ONG»s piden frenar la deforestación y proponen soluciones que permitirán a corto y largo plazo, frenar el cambio climático que está acabando con los bosques en Chiapas, solo hace falta que exista una verdadera voluntad política para detener el desequilibrio ecológico, climatológico y ambiental que la destrucción del territorio forestal ha ocasionado.

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Un comentario

  1. Totalmente cierto. La falta de interacción institucional. Federal, estatal y municipal. Sigue siendo el verdadero problema, ante el interés de una política pública integral. Más bien, no hay voluntad política, ni conciencia personal de los servidores públicos para atender verdaderamente el futuro de nuestras generaciones. Si hubiese esta correlación de voiuntades y con esa fuerza de conciencia del servicio público, se estará incorporando a la sociedad en su conjunto, para concientizarla, én el valor cultural, social y económico. Que trae aparejada el cuidado del campo. Estoy convencido de que tenemos que regresar ahí, a la tierra, con todas sus bondades. Porque ahí está la vida.

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