Chiapas, con baja cobertura de servicios bancarios

La entidad cuenta con cinco sucursales bancarias por cada 100 mil habitantes, mientras que la tasa nacional es de 11 sucursales por cada 100 mil personas.

Redacción

[dropcap]E[/dropcap]n México, uno de cada tres municipios no cuenta con servicios bancarios, aunque en el país hay 47 instituciones de banca múltiple. En el caso de Chiapas hay cinco sucursales bancarias por cada 100 mil habitantes, mientras que la tasa nacional es de 11 sucursales por cada 100 mil personas.
En 2011, el entonces presidente Felipe Calderón visitó el municipio Batopilas, Chihuahua. Allí, en una región caracterizada por la pobreza extrema y sin instituciones bancarias, anunció lo que llamó el «programa de bancarización más grande del mundo» e incluso repartió tarjetas de débito y prepago a la comunidad rarámuri que había acudido a oír su discurso. A tres años del anuncio, Batopilas sigue sin bancos.
Pero Batopilas es sólo uno de los 794 municipios que están lejos de bancarizarse. En esas regiones, donde viven 42 millones de personas, no hay sucursales ni cajeros automáticos ni terminales de punto de venta.
La banca sigue sin llegar a uno de cada tres municipios del país, esto a pesar de que en México hay 47 instituciones de banca múltiple, 17 de ellas constituidas en los últimos siete años. El resto de los municipios no necesariamente cuenta con el equipamiento suficiente.
Los resultados que aquí se presentan provienen del análisis de las bases de datos que publica la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) en su sitio de Internet sobre las instituciones de banca múltiple. Las cifras corresponden al mes de agosto de este año.
Mil 505 municipios carecen de sucursales bancarias y aun dentro de los que sí tienen hay muchas localidades sin el servicio. Es el caso del municipio de Chilón, que sólo cuenta con una sucursal para sus más de 120 mil habitantes. Como éste, hay 449 municipios que tienen a lo más tres sucursales pese a que su población va de los 10 mil a los 150 mil habitantes.
Gustavo Del Ángel, especialista en estudios del sistema financiero y profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CEDE), señala que en estos casos «las sucursales bancarias se establecen en las cabeceras municipales, entonces si alguien vive en un pueblo [lejano a la cabecera] debe hacer un viaje que no es nada trivial, es un viaje caro.» Los estados del sur se encuentran menos bancarizados. En Chiapas hay cinco sucursales por cada 100 mil habitantes, mientras que la tasa nacional es de 11 sucursales por cada 100 mil personas. Guerrero y Oaxaca disponen de siete sucursales por cada 100 mil habitantes. Para el experto, el déficit en infraestructura en muchas de estas regiones obedece a que son lugares poco accesibles y con una población fragmentada.
«Hay población muy dispersa en zonas de baja densidad poblacional, eso hace muy difícil que los bancos comerciales pongan sucursales porque el tráfico es tan bajo que para ellos no es rentable… Inclusive, en algunas localidades los bancos tienen las sucursales sólo por posicionamiento», señaló el investigador del CIDE.
Esfuerzos insuficientes
Además de las sucursales, existe otro tipo de infraestructura bancaria menos costosa que se ha usado para extender la cobertura a sectores no bancarizados. Se trata de los cajeros automáticos (ATM) y las terminales de punto de venta (TPV) que son dispositivos que se instalan en los establecimientos comerciales para recibir pagos con tarjeta.
Sin embargo, aun si se consideran estos equipos, casi 800 municipios quedan fuera del alcance de la banca y quizá pase mucho tiempo antes de que ésta llegue.
Según el estudio «Factores de influencia en la localización regional de infraestructura bancaria», los bancos se enfocan mayormente en «los municipios más poblados, con niveles más altos de ingreso y educación de la población, y mayor actividad económica formal».
Gustavo Del Ángel explica que se han impulsado otras alternativas para llevar el servicio a las zonas más alejadas y marginadas, aunque sus efectos han sido limitados.
Uno es el programa de bancarización del gobierno que consiste en depositar las transferencias de los programas sociales en una cuenta bancaria y otorgar al beneficiario una tarjeta. Es lo que prometió Felipe Calderón el día que visitó a los rarámuris de la Sierra Tarahumara.
Desde el punto de vista del especialista, «eso en realidad no ayuda mucho porque la gente generalmente no tiene acceso a cajeros o sucursales; entonces en cuanto puede saca todo el dinero. Allí realmente no estás bancarizando, porque la gente nada más tiene la cuenta para que le depositen y saque el dinero.»
La banca también ha intentado otras alternativas como los corresponsales bancarios que son comercios que establecen relaciones de negocio con un banco a fin de ofrecer servicios financieros a sus clientes y la banca móvil.
Mientras que los primeros no están teniendo el éxito que se esperaba, la banca móvil necesita todavía tiempo para pernear en las distintas capas de la población, además que no resuelve el problema de disposición de efectivo.
«Tú puedes hacer transacciones con los celulares, pero también necesitas efectivo porque hay cosas que se pagan en efectivo, entonces también te limita mucho… La mayoría de las transacciones en esos lugares [zonas rurales] sigue siendo en efectivo», señaló.
Una alternativa adicional es la entrada de otro tipo de instituciones como los intermediarios populares y Bansefi, con casos de éxito en distintas partes del país.

(Con información de El Universal)

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