Chiapas, «mercado» de niñas

Al menos 40 municipios del estado presentan altos índices de matrimonios infantiles, esta práctica se da sobre todo en zonas indígenas, en donde los padres establecen una cantidad específica para dar a sus hijas menores de edad

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]E[/dropcap]n Chiapas, la práctica de obligar a mujeres menores de edad a contraer matrimonio de manera forzada con adultos aún es común.
Una reciente investigación realizada por El Universal revela el testimonio de algunas de las menores que, por usos y costumbres, fueron víctimas de uniones maritales no consensuadas a cambio de algún bien material.
Y es que en Chiapas el intercambio de mujeres es algo cotidiano; las niñas son vendidas al mejor postor y aunque estos casos no son exclusivos de las zonas indígenas, la mayoría de ellos sí tienen lugar en esas zonas, de ahí que en los pueblos originarios este acto no sea visto como una violación a los derechos humanos de las niñas y adolescentes.
La Coordinadora del Consorcio de Organizaciones por la Vida y la Libertad de las Mujeres y las Niñas (COVIMYN), María Teresa Olvera Caballero, compartió para Portavoz detalles de esta práctica histórica y explicó cómo los mismos padres evitan que sean sus propias hijas quienes elijan a su pareja.

Matrimonio comprado

Olvera reveló que en Chiapas no existen datos duros que permitan conocer con exactitud cuántas niñas y niños son víctimas de matrimonio forzado con un adulto; sin embargo, se estima que al menos 40 municipios del estado presentan altos índices de matrimonios infantiles no consensuados.
Al menos 23 de cada 100 mujeres aseguran haber contraído matrimonio entre los 12 y los 19 años de edad y que fueron sus padres quienes establecieron una cantidad específica para darlas en matrimonio, ya sea a cambio de animales, comida o dinero en efectivo.
«Es una violación a los derechos humanos, las niñas se ven vulnerables a embarazos y abortos no deseados, enfermedades de transmisión sexual y muerte materna», señaló la experta.
Olvera Caballero indicó que los 40 municipios que presentan altos índices de matrimonios de este tipo, son particularmente, poblaciones indígenas; sin embargo, se han detectado casos en Tuxtla Gutiérrez y Berriozábal en donde niñas y adolescentes son obligadas a contraer matrimonio.
En este sentido explicó que las secuelas psicológicas que pueden enfrentar las niñas después de ser obligadas a contraer matrimonio con un adulto que en la mayoría de los casos no conoce, es que su vida y expectativas personales se truncan, y además existe un gran riesgo que mucho de los compradores estén vinculados a trata de personas con fines de explotación sexual o laboral.
A efectos de visualizar la problemática y concientizar al respecto, la COVIMYN también mantiene campañas de información y sensibilización entre la población para hacer valer los derechos de las niñas en Chiapas, pues éstas no están preparadas ni física ni psicológicamente para mantener relaciones sexuales.

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