Chiapas no es un estado pobre, es un pueblo que trabaja

En foro con la ONU, Eduardo Ramírez pidió replantear la visión del estado y reconocer su dignidad, trabajo colectivo y potencial de desarrollo local

AquíNoticias Staff

Durante años, a Chiapas se le ha etiquetado como “el estado más pobre del país”.
Pero, ¿y si ya es momento de replantear esa narrativa?

Ese fue uno de los mensajes más potentes lanzados por el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar durante su participación en el Foro de Diálogo Local Multiactor Zona Sur, donde coincidió con representantes de la ONU, autoridades federales, sociedad civil y jóvenes chiapanecos, con el fin de trazar una ruta compartida hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2026-2031.

Desde el Centro de Convenciones de Tuxtla Gutiérrez, el mandatario estatal no dudó en poner el dedo en la llaga:

“Definir a Chiapas como un estado pobre es una condena que el pueblo no merece. Somos un pueblo trabajador, digno, que lucha cada día por salir adelante”.

Y tiene razón. Porque más allá de los indicadores económicos, Chiapas es tierra de mujeres y hombres que madrugan, que cultivan, que enseñan, que sanan, que cuidan, que sueñan.

Eduardo Ramírez afirmó que su administración, la de la Nueva ERA, trabaja con cercanía al pueblo y un enfoque profundamente humanista, orientado a combatir las causas de la desigualdad, impulsar la alfabetización, la restauración de microcuencas, la justicia social y el bienestar colectivo.

Este foro, que forma parte del proceso de construcción del nuevo marco de cooperación de la ONU en México, sirvió para visibilizar no solo retos, sino también la fuerza del sur.

El coordinador residente de la ONU en México, Peter Grohmann, reconoció el clima de seguridad en el estado y celebró la voluntad política de este gobierno para avanzar sin retrocesos en temas clave: medio ambiente, inclusión, economía, justicia, paz.

“Los ODS se alcanzan con la gente”, dijo Grohmann, al tiempo de anunciar que la firma del nuevo acuerdo será el próximo 24 de octubre.

La embajadora Graciela Gómez, de la SRE, recalcó que no se puede construir política internacional sin escuchar los saberes locales. Y la rectora de la UNICACH, Fanny López Jiménez, recordó que la academia tiene una responsabilidad directa en la transformación social.

En ese mismo tono, el representante de la organización rural Yutsil K’inal, Juan Diego Pérez, fue claro: los pueblos originarios deben ser escuchados y respetados. “Nuestra voz no es adorno. Es sustancia”, dijo.

Y ahí está el mensaje central: Chiapas no es pobre. Es profundo, trabajador, sabio y digno. Lo que necesita no es lástima, sino inversión, respeto y oportunidades construidas desde abajo.

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