Eduardo Ramírez impulsa la protección del entorno y el desarrollo integral en comunidades con vocación natural, apostando por caminos, conservación y justicia territorial ambiental
Aquínoticias Staff
Durante su gira por el municipio de Coapilla, el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar refrendó el compromiso del Gobierno de la Nueva ERA con el cuidado ambiental como prioridad estratégica. Frente a comunidades que protegen activamente sus recursos, aseguró que el desarrollo económico no está reñido con la justicia territorial ni con la conservación de la Madre Tierra.
Uno de los avances más significativos fue la firma del convenio entre la Conafor y el Ejido Coapilla, lo que permitirá canalizar recursos para conservar y restaurar el entorno. El mandatario celebró esta acción como un acto de corresponsabilidad, donde las instituciones se alinean con la vocación de las comunidades, creando un modelo replicable de gobernanza ambiental.
Desde la Laguna Verde Encantada, símbolo del municipio, Ramírez Aguilar sostuvo que las comunidades con patrimonio natural no deben ser condenadas al abandono. Por ello, anunció que su administración impulsará obras que no sólo conecten físicamente a los pueblos, sino que los integren a circuitos de bienestar, salud, turismo y educación.
Carlos Morales Vázquez, delegado de Conafor, destacó la reducción del 85% de zonas afectadas por incendios y reconoció al Ejido Coapilla como el único con certificación por su manejo responsable. Estas cifras, dijo, muestran que cuando se conjugan voluntad política y conciencia ambiental, los resultados llegan a tiempo.
En paralelo, el gobernador dio el banderazo de salida a la reconstrucción del tramo carretero Soyaló–Francisco Sarabia–Chicoasén. Esta obra, que beneficiará a casi 20 mil personas, fue celebrada por legisladores y autoridades municipales como una señal de que el gobierno estatal empieza a saldar deudas históricas con regiones marginadas.
Desde los testimonios de los ejidatarios hasta las voces de presidentes municipales, la gira evidenció una narrativa coherente: Chiapas no puede pensarse sin su territorio. Y el territorio no puede administrarse sin una visión de justicia ambiental. En ese equilibrio, el gobierno de Ramírez busca construir una nueva legitimidad política.