El Much convierte la experiencia científica en juego: dinosaurios, energía limpia y naturaleza viva en un museo que educa desde la emoción
Noé Juan Farrera Garzón / AquíNoticias Staff
En el corazón de la reserva El Zapotal, junto al ZOOMAT, el Museo Chiapas de Ciencia y Tecnología (MUCH) revoluciona la divulgación científica con 2,500 m² de experiencias interactivas. Su arquitectura moderna alberga tres salas permanentes que convierten el aprendizaje en juego: desde la biodiversidad local hasta los desafíos energéticos del siglo XXI.
La Sala de Biodiversidad despliega la riqueza natural de Chiapas mediante maquetas táctiles y realidad aumentada, mientras la Sala de Energía sorprende con experimentos sobre fuentes renovables. El clímax llega en SBEEL Dinosaurios, donde ejemplares mecatrónicos a escala real rugen en ambientes que recrean el Cretácico.
Horarios accesibles (martes a domingo) y costos entre $50-$120 lo hacen incluyente. Los fines de semana cobran vida talleres donde niños construyen robots solares o replican erupciones volcánicas. «Es aprender haciendo», explica la guía Mariana Toledo mientras supervisa un grupo que interactúa con pantallas holográficas.
El MUCH no es un museo convencional: aquí se permite tocar, girar, saltar y gritar. En su área lúdica, menores de 8 años descubren principios físicos mediante toboganes y espejos de agua. Mientras, adolescentes compiten en simuladores de eficiencia energética.
Con 85% de visitantes escolares según sus registros, el recinto se consolida como complemento educativo. «Queremos que cada salida sea una chispa para futuros científicos», comenta el director Carlos Morales, mientras observa a estudiantes manipular un modelo interactivo de presa hidroeléctrica.
Con información de Primer Plano Magazine