La pandemia y el ambulantaje descontrolado ha quitado el color y vida de estos centros de abasto
Ana Liz Leyte / Aquínoticias
El mercado Juan Sabines, ubicado en el primer cuadro de la ciudad capital ya no luce tan colorido y vivo como años atrás.
La pandemia, la crisis económica y el ambulantaje que no termina han disminuido más del 50 por ciento las ventas de locatarios; muchos han decidido cerrar y ya no regresar a sus puestos porque aseguran, ya no hay ventas.
Caminar por los pasillos del Mercado Juan Sabines, es encontrarse con un 30 por ciento de los locales cerrados, ventas mínimas y múltiples denuncias de las y los vendedores, quienes siguen pidiendo a las autoridades municipales restablecer el orden en cuanto a las ventas ilegales que se presentan fuera de este centro de abastos.
«Nos ha ido mal, re mal, si púnicamente viene uno porque está acostumbrado, pero venta no hay nada y el derecho de piso nos cobran muy caro, nos cobran por local, pagábamos 800, ahora bajó a 600», expresó la señora Marcelina Ruiz Abadía, locataria del giro de joyas en el mercado Juan Sabines.
Anteriormente, tener y trabajar un puesto dentro de un mercado significaba dinero seguro, con ello, cientos de familias pagaban el estudio de sus hijos e hijas, contribuían a la economía local y abastecían las necesidades de la población. Hoy en día, el panorama es distinto.