Velasco, el tramoyista
El senador del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Manuel Velasco Coello, publicó en su cuenta de Facebook los puntos propuestos para crear un Plan de Emergencia Nacional e hizo énfasis en que debemos «enfrentar unidos los desafíos económicos por venir». Me resulta curioso el cinismo de quien formó parte de la voracidad y el dispendio en Chiapas, y hoy, protegido por el propio Presidente de México, abandera puntos de acuerdo y se muestra «comprometido» con el país.
No me extraña el comportamiento del exgobernador chiapaneco, debo señalarlo. La frivolidad y la desvergüenza fueron dos de sus banderas durante su gobierno (2012-2018) y por ello, incluso, pondera hoy entre sus puntos las tarifas preferenciales de luz que desde que estaba en campaña (allá en 2011) calificaba de «abusivas y absurdas», y que, cabe señalar, nunca durante los seis años logró bajar.
Chiapas tuvo uno de los peores gobiernos en manos del ahora senador del PVEM, quien se la pasó inaugurando elefantes blancos y simulando obras de impacto social en toda la geografía chiapaneca, sin que a ninguna autoridad le importara.
Es más, se denunció en repetidas ocasiones, desde diferentes frentes que incluyen el juicio político demandado por ciudadanos, el absurdo de inaugurar nosocomios a los que equipaban solamente para la foto y que hoy deberían estar sirviendo como espacios para poder hacer frente a la pandemia del COVID-19.
De haberse dado este trabajo, no tuviese la necesidad de estarse subiendo a pedir «recursos extraordinarios a estados y municipios para salud y mejorar condiciones laborales del personal médico», al menos para la entidad que «administró».
Municipios como Yajalón, la eterna tierra verde, vieron en el sexenio del PVEM más de una inauguración del mismo hospital bautizado como Dr. Manuel Velasco Siles, sin que al terminar el sexenio lo dejaran equipado al cien.
Dicha obra, según el trabajo publicado por Animal Político en 2017, tuvo un costo de más de 500 millones de pesos y fue construido bajo promesa de «facilitar atención pronta y oportuna a los pacientes» y esto abarcaba los municipios de Tumbalá, Tila, Sitalá, Sabanilla y Chilón.
Lo mismo pasó con los centros de salud en los municipios de Oxchuc, Huixtán, Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de Las Casas, entre otros, donde miles de millones de pesos fueron desviados durante el sexenio del ahora senador quien se llenaba la boca en sus comunicados, aunque la realidad fuese otra totalmente diferente.
A estas alturas, los exgobernadores que se dedicaron a saquear a sus estados, quienes abrieron aún más las brechas de desigualdad, los que desviaron millones de pesos de las diferentes dependencias y que forjaron a los nuevos ricos, deberían estar siendo llamados a rendir cuentas por tales actos, o de otra forma, ¿a qué se refiere la 4T con el combate a la corrupción?
Es lamentable que uno de los estados más pobres de México haya servido en los dos últimos sexenios como botín político y a ambos exgobernadores los tengan ubicados en puestos estratégicos, en vez de tenerlos tras las rejas pagando por su descaro.
Porque son varias las voces cercanas al senador Manuel Velasco las que lo ubican como uno de los «hombres del Presidente», es decir, uno de los alfiles que le ayuda a destrabar ciertos asuntos y a tejer algunas estrategias en favor del gobierno desde la bancada del tucán en el Senado.
Y siendo honesto, tampoco eso me sorprende. Todos sabemos de la relación cercana que existe entre el mandatario y el ahora senador, vínculo que nace con la figura de Fernando Coello, el llamado abuelo incómodo, y que se ha fortalecido con el paso de los años.
Pese a ello, resulta irónico que el político que se burló de los chiapanecos, el que sembró la ingobernabilidad, que trastocó los usos y costumbres, el que violentó a su antojo las leyes, se encuentre hoy durmiendo el sueño de los justos.
Peor aún, que sea Velasco quien hable de unidad nacional, que argumente que está trabajando en torno a un mismo objetivo (¡vaya cinismo!) y que se atreva a pedir un «México más fuerte para las futuras generaciones» cuando él en Chiapas lo dilapidó todo.
#Manjar Me han informado por el WhatsApp que hay dos señores, don Rolando y don Édgar, que normalmente trabajan en el Club Campestre lavando los vehículos de los socios. Sin embargo, ahora por la contingencia no está abierto el Club y se quedaron sin trabajo. Ahora le han dado un pequeño giro a su actividad y se han dedicado a lavar autos a domicilio. Sí, van a su casita y le limpian su unidad y hacen un trabajo impecable. La situación es bastante complicada y no tienen trabajo, como seguramente les pasa a muchos. Quienes los conocen los han recomendado como de confianza. Cobran 50 pesos por auto y 70 pesos por camioneta, y puede usted localizarlos al teléfono 961-180-1195. Hoy por ellos, mañana por nosotros. Si tiene la oportunidad de ayudarlos no lo piense. #HistoriasdeCuarentena «Queridas mías a quienes amé como santas. / sólo les pido un par de cosas. / Al morir no llamen a un sacerdote / ni dejen que nadie se me acerque / por favor, no embarren mi cuerpo con unciones de rosas. / Simplemente lamed mi cuerpo a la altura de las costillas / y después escupidme en la boca. / Me daré por bien servido». René Morales. #ElPoema // La recomendación de hoy: el libro Vientos de Santa Ana de Daniel Salinas Basave y el disco Drinking Songs de Matt Elliott. // Recuerde no comprar mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.