Ayuntamiento de Ocozocoautla contra adultos mayores
El ayuntamiento de Ocozocoautla que preside Alfonso Estrada Pérez ha sido señalado por el despido de cuatro adultos mayores en plena pandemia. La mayoría de los afectados cuenta con más de 30 años de servicio y han denunciado que bajo engaños fueron suspendidos de sus labores, y dejados en el desamparo cuando más lo necesitan.
Para el colmo, luego de que la información se difundiera en voz de los propios afectados, el ayuntamiento decidió armar un video con el secretario municipal, Omar de los Santos Avendaño, quien, cargado de soberbia y sin conocer bien de lo que habla, justifica el actuar del Ayuntamiento y busca desmentir los señalamientos hechos por los señores Enrique Sarmiento Gómez, Rafael Hernández Pérez, Segundo Zárate Zárate y Miguel Pérez Gómez.
Alguien debería decirles que existe una Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 25 de junio de 2005, y que es clara al señalar en su artículo 3º Bis sobre los tipos de violencia que existen. El propio ayuntamiento ha incurrido en dos de ellas: violencia económica y violencia psicológica.
Aunado a ello, bien le haría al secretario leer al munícipe, de paso, el Capítulo II de dicha ley, en donde se explican la protección con que cuentan los adultos mayores y que en todo el Artículo 5º expone, de manera enunciativa y no limitativa, que «esta Ley tiene por objeto garantizar a las personas adultas mayores» sus derechos.
Cualquiera con tres dedos en la frente entiende a qué se refiere el secretario cuando habla de empleos temporales, argumento que incluso sirve para entender la forma en que engañaron a los trabajadores para poder prescindir de sus servicios en el ayuntamiento.
Resulta risible, vaya que sí, que el funcionario busque loar el mediocre trabajo del presidente municipal a quien conozco personalmente desde que buscaba ser contendiente a esa alcaldía, y a quien vi sudar de miedo y nervios las dos veces que lo entrevisté porque no podía estructurar ni una oración completa.
Triste es que a la fecha, según los propios habitantes de Ocozocoautla, el gobierno de Alfonso Estrada sea calificado como el peor que han tenido. Y ello, cabe señalar, con todas las joyas de ediles que han desfilado y que conforman una fauna bastante nociva.
Por ello no entiendo, de verdad lo digo, qué pretenden con ese burdo video que denota una altivez y frivolidad de un simple empleado municipal que, quizá, piensa que nunca será viejo y que nunca requerirá de ayuda. Caramba.
Parece que no entienden en los ayuntamientos que son tres simples años que les dura el gusto (ya se consumieron año y medio). Porque dudo mucho que con el pésimo trabajo de Alfonso Estrada Pérez, con el nepotismo de su gobierno, la soberbia de su esposa quien usurpa funciones, el incumplimiento de las promesas del edil cuando estuvo en campaña, las negociaciones que anda «amarrando» el tesorero y las ínfulas de todopoderoso del secretario, vayan a lograr algo más.
Son cientos de denuncias que han superado ya la capacidad de respuesta del ayuntamiento de Ocozocoautla (si es que alguna vez existió) y no pasa nada.
Temas como inseguridad, desabasto de agua, malversación de fondos, alumbrado público y ahora despidos contra cuatro adultos mayores, a quienes han dejado en la indefensión, son apenas la punta del iceberg que se erige en este gobierno que cayó en manos de un hombre sin preparación académica y sin amor a su pueblo (quizá porque no es oriundo de ahí). Pero sobre todo de un hombre que, pese ha venido de abajo, que sabe lo que es pasar hambre y tener una vida difícil (él mismo me lo dijo), hoy, con la oportunidad de poder ayudar a quienes lo requieren, les ha dado la espalda.
Alguien debería asesorar en verdad a Alfonso Estrada. Debería explicarle que la crítica no es contra su persona, sino contra el actuar irresponsable desde su posición como presidente municipal. No se trata, como el secretario cree, de estar minando el gobierno actual. Al contrario, todo deriva de la preocupación de los habitantes y del sentir de la misma gente.
Aún les queda año y medio al frente de esta administración. En lugar de andar pensando en la forma de dejar sentada en la silla a la señora Estrella Hernández Díaz por Chiapas Unido, o a Rosemberg Hernández Díaz, el tesorero, por otro color, deberían dejar las calenturas políticas y ponerse a trabajar. Hagan lo que les corresponde, cumplan con su función. Para eso les pagan, les guste o no.
Coita es un pueblo maravilloso que requiere de funcionarios que se preocupen por su gente, que trabajen en pro del municipio y en la búsqueda de un verdadero desarrollo. En nada abonan la simulación y la frivolidad de una familia que perdió ya el piso. La historia no perdona y los apellidos quedan manchados para siempre cuando llegan sólo a enriquecerse y a darse vida de reyes.
¡Aguas, presidente Alfonso! La 4T, como ya he dicho, está ansiosa por toparse con aquellos que se sirven con la cuchara grande, con los que no entendieron el mensaje y gustan de volverse mártires. No sea que su sueño de seguir en el poder culmine con una celda, una sentencia y un traje en El Amate.
Manjar
Hablo con mi padre en su cumpleaños. Charlamos por teléfono de todo un poco. Pregunta por mis hijos, por la familia, por cómo se van dando todo en la capital, por mi salud. En su voz encuentro el dejo de la incertidumbre. «No hay trabajo», dice; «las cosas acá en Yajalón no son nada sencillas, ya no como antes», sentencia. Le comentó que todo estará bien, que es sólo una temporada mala. Que ya hemos pasado situaciones difíciles. Para no contradecirme, me pasa a mamá que me cuenta las travesuras de mis sobrinas, el ir y venir de mi hermano que debe salir todos los días a trabajar, la esencial ayuda de mi hermana en casa. Algo de mí, lo confieso, quisiera estar allá aminorando, quizá con mi presencia, no sé, estos días que nos apachurran a todos. Me despido y prometemos llamarnos en unos días. Cuando la llamada termina, se me agolpa en el pecho mi infancia: los viajes de trabajo con mi padre, las aventuras con mis hermanos, la comida de mamá que era el bálsamo que siempre me curaba. #HistoriasdeCuarentena «Cae una gota de tinta en el mapa y se convierte en un lago / Se anegan casas sembradíos / familias enteras de hombres y animales / desaparecen por mi descuido / A los bordes del lago / llegan hormigas de la salvación / saben cómo organizar el acarreo / A los que logran salvar / les cambian el nombre para siempre / Supe que al mover el tintero / podía desatar un desastre / He alterado la geografía he de beber la tinta / de esta corriente oscura». Elva Macías. #ElPoema // La recomendación de hoy: el libro El contrabajo de Patrick Süskind y el disco Deuce de Rory Gallagher. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.