Las maletas y los políticos
Los videoescándalos han desnudado el modus operandi de la clase política. Los colocan en el centro de una hecatombe para saciar el morbo en un espectáculo programado desde la telerrealidad. Tiene un objetivo simple: pasar facturas con altos costos individuales y colectivos. Lo curioso es cómo brotan en los momentos menos pensados. Corren, eso sí, como la pólvora encendida. Más en estos tiempos de redes sociales. Y su impacto siempre será positivo para quien sabe en qué momento utilizarlos.
En México aún se recuerda ese primero de marzo de 2004 cuando René Bejarano, operador político y secretario del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, fue noticia nacional al ser exhibido recibiendo una fuerte suma de dinero. Es más, el hecho y su actuación le valieron el mote de El señor de las ligas y el pase directo, junto a Carlos Ahumada, a la prisión.
Ese tiempo era el de la llamada alternancia. Acción Nacional se erigía como una propuesta para buscar dar un nuevo rumbo a esta nación tan golpeada por los excesos del PRI y una cúpula de poder insaciable hasta el tuétano.
Los operadores del entonces presidente Vicente Fox planearon bien el caso. El escándalo estalló justo a tiempo. Se enfocó en cercenar una parte de ese cuerpo de campaña de AMLO y el PRD. Justo ahí. Por ello, no se equivocó López Obrador cuando dijo que «la mafia del poder» estaba detrás de ese certero golpe. En efecto, así fue.
Pese al deslinde de AMLO, el disparo mediático tuvo el efecto planeado. Los medios de comunicación nacionales sirvieron en bandeja el caso que abría esa herida que tanto dolor le ha causado a este país: la corrupción. Y ponía en evidencia la insaciable y voraz hambre de esa clase política, sin importar el bando que jugaran.
Lo ocurrido con Bejarano y Ahumada es una losa que le pesó a López Obrador en su tiempo. Formó parte, incluso, de un discurso incisivo usado por el gobierno panista, en repetidas ocasiones, y por el entonces candidato a la presidencia Felipe Calderón Hinojosa quien en 2006 tomó las riendas de este país al que empezó a convertir en esa fosa común que hoy somos.
A estas alturas, AMLO sabe qué ocurrió en aquel tiempo. Es más, tiene claro que en política nada es personal. También tiene claro que hay revanchas y vueltas de tuerca que permiten cobrar ciertas deudas pendientes. Nada personal, repito. Al final, diría uno de mis maestros de Ciencias Políticas, esto es una rueda de la fortuna y no siempre toca estar arriba.
Hoy, le toca al PAN estar del otro lado de la pantalla como cuando Federico Döring lo hizo junto a Brozo y disfrutó de la cara descompuesta de Bejarano quien fue ventaneado. Las portadas de casi todos los medios hoy rememoran esa capacidad histriónica de los políticos de camuflarse, de mezclarse en ilícitos.
Esta vez Rafael Caraveo, exsecretario técnico del Senado del priista Emilio Gamboa, y Guillermo Gutiérrez Badillo, secretario particular del gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, forman parte de este videoescándalo que ahora le toca a los panistas que tanto hablan de corrupción, que tanto sindican y se dan golpes de pecho, apechugar y comenzar a tragar sapos.
El Presidente sabe el significado de este video. Entiende que es apenas la punta del iceberg de esta madeja de corrupción enmarañada en este país desde hace años. Lo sabe perfectamente. Incluso en su conferencia hace alusión al caso Bejarano y el portafolio de dinero que se llevó con todo y ligas, y remarca el caso de las maletas de los panistas que son parte de esta red de corrupción que ha brotado desde la detención de Emilio Lozoya.
La promesa de tener pruebas sobre la corrupción en Petróleos Mexicanos empieza a arrojar los videos menos duros. Es apenas la primera mordida a un suculento pastel, es cierto. Pero es una mordida que ha puesto en alerta a más de una conciencia. Imagine cuántos nombres no andan temblando, nerviosos por saber si en esta revancha, en este nuevo golpe de dados, esos que brindan siempre la política y el poder, saldrán a flote y libres o serán exhibidos como carne de cañón para una masa voraz y cansada de tanto abuso.
Al final de cuentas los secretos y evidencias se relacionan directamente con el poder y el control político. Lozoya debe estar destapando una serie de nombres y casos que, en su mayoría, nunca llegaremos a conocer. Esa es la verdad. No sabremos en sí quiénes son todos los involucrados. Seguramente hay muchos que hoy usan la bandera de la 4T y otros que pactaron su protección.
Quien sí sabrá a detalle todo es el Presidente. Y ojo que apenas es 2020. Faltan cuatro años y cuatro meses para el cambio de estafeta. Es decir, esta nueva temporada de show y exhibiciones apenas empieza. Para este gobierno, Lozoya es como esa llave del cofre de la abuela. La única que podía tener acceso a todas las puertas. La única que sabe todos los secretos y los guarda celosamente para su cosecha.
Manjar
Aquellos que aspiran a otro puesto de elección popular en 2021 empiezan a mudar de piel. Buscan el trampolín que requieren para tomar impulso y se montan en un salto largo y fuerte tratando de obtener lo que anhelan. No es ningún pecado. Claro, hay excepciones. Lo cierto es que ya empiezan los enroques. A principios de 2021 los verá de nueva cuenta recorriendo las calles, abrazando a la gente, fingiendo compromiso y vendiéndose como la mejor opción. La mayoría son cínicos. Y con esa máscara caminarán. Saben que la necesidad lleva a muchos a prestarse a ese juego y lo aprovechan. Sobre todo en un estado empobrecido como el nuestro. Lo único que queda es razonar el voto. Pensar bien en la persona que tomará las riendas del poder. No hay de otra. #OtraRayaAlTigre «Alza la tapa. / Escucha. / La música será como un alivio / como un bálsamo azul / como un portazo y luego este silencio. / Los amigos se fueron / perdieron el camino y los recuerdos. / Sólo queda esa música. / Alza la tapa y oye. / Piensa que ellos han vuelto y empujarán la puerta / que traen los rones viejos y la inconformidad / que bailarán de nuevo aquella melodía / aunque no sea igual /aunque no lleguen nunca / aunque alces la tapa y no suene la música». Odette Alonso #ElPoema // La recomendación de hoy: el libro Colebrije de Balam Rodrigo y el disco Purple Rain de Prince. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.