«Con una guerra no declarada y un gobierno quebrantado, Mexico es un desastre»

El Episcopado destacó la indiferencia del Gobierno ante la desaparición forzada y los homicidios que se han desatado por todo el país. «Las víctimas esperan conocer la verdad y tener la efectiva reparación del daño, cosas que aún no tienen claridad ni consistencia en el Estado mexicano, que parece más bien quebrado ante el miedo y el terror», destacó en su editorial dominical Desde la Fe

Agencias

[dropcap]C[/dropcap]on más de tres mil desaparecidos y 26 mil muertes ligadas a la violencia, México vive una situación de desastre que comenzó a crear generaciones perdidas, producto de una guerra no declarada y un gobierno que parece quebrantado ante el miedo, destacó el Episcopado Mexicano.
«Nuestra historia vive un punto de inflexión muy doloroso: víctimas y desaparecidos son un grave problema. Las víctimas esperan conocer la verdad y tener la efectiva reparación del daño, cosas que aún no tienen claridad ni consistencia en el Estado mexicano, que parece más bien quebrado ante el miedo y el terror», precisó la Iglesia católica en su editorial Desde la Fe.
El Episcopado mencionó que si bien es cierto que el Estado mexicano ha procurado la creación de organismos para la atención a víctimas, la Auditoría Superior de la Federación, en la revisión de la cuenta pública 2015, evidenció sus fallas.
La editorial también citó la reciente edición de «Encuestas sobre Conflictos Armados 2017» del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres (IISS por sus siglas en inglés) que el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto desaprobó.
De acuerdo con esa encuesta, México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en incidencia de homicidios violentos, sólo por debajo de Siria y por encima de Irak, ambos países en conflicto armado.
Según el IISS, en el año 2016, hubo 26 mil decesos ligados a circunstancias de hiperviolencia, como si el país afrontara un estado de guerra. De 2015 a 2016, los homicidios dolosos se incrementaron en un 22.8 por ciento, siendo el primer trimestre de 2017 el más preocupante, debido a la escalada de la violencia: 3 mil 779 decesos denunciados entre febrero y marzo.
«Las consecuencias colaterales ya pueden verse en las víctimas de los delitos, quienes han sufrido graves violaciones a sus derechos humanos o daños en su integridad física y patrimonio. Pero las víctimas no sólo se refieren a las que han sido perjudicadas directamente, éstas pueden extenderse a otros miembros de la familia», puntualizó el Episcopado.
La editorial recordó que el Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) publicó un novedoso estudio titulado «Los desaparecidos nos faltan a todos», en el que además de dar a conocer algunas de las acciones que realiza la Iglesia en México para llevar a cabo una pastoral cercana a las familias que sufren la muerte de un ser querido a causa de la violencia, hace un diagnóstico contundente de las desapariciones forzadas en el país.
«Ahora sabemos que hay personas desaparecidas en casi todos los lugares y a todos los niveles. Se han registrado casos públicos de desaparición de niños, mujeres, hombres que van desde hijos de empresarios, profesionistas, migrantes, campesinos, deportistas, sacerdotes, policías, militares y funcionarios públicos», precisó.

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