El diputado plantea reformas para ordenar legalmente áreas clave del Legislativo, fortalecer la Contraloría y abrir espacios de diálogo con otros poderes
AquíNoticias Staff
En el Congreso de Chiapas no solo se hacen leyes: también se construyen las bases de cómo se legisla. Y para el diputado Mario Guillén Guillén, presidente de la Junta de Coordinación Política, es momento de poner la casa en orden.
Desde tribuna, el legislador de Morena presentó una serie de reformas a la Ley de Desarrollo Constitucional del Congreso del Estado, con el objetivo de actualizar su estructura, fortalecer áreas operativas y abrir espacios para un diálogo más amplio con los otros poderes públicos.
Entre las propuestas destaca un ajuste simbólico: cambiar la denominación del actual “Palacio Legislativo” por el de “Edificio Sede del Poder Legislativo”, como parte de un enfoque de institucionalidad más sobrio y técnico. “La organización y la certeza jurídica comienzan en casa”, argumentó Guillén.
También se propone reconocer oficialmente unidades administrativas que ya operan, como la Unidad de Planeación y Presupuesto, la Unidad de Contabilidad y Control Presupuestal y la Unidad de Informática, que hasta ahora no estaban contempladas en la legislación, a pesar de su función material dentro del Congreso.
Otro punto relevante es la redefinición de la Contraloría Interna, que se dividiría en dos áreas: una de investigación de quejas y denuncias, y otra de control y evaluación. Esta adecuación busca homologar sus funciones a la nueva Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado.
Además, se establece la creación de una comisión de decanos —integrada por los diputados electos con mayor trayectoria— para acompañar el proceso de instalación de cada nueva legislatura, aportando experiencia institucional al relevo parlamentario.
Y, finalmente, se plantea la posibilidad de que el Congreso invite a los titulares del Poder Ejecutivo, Judicial o de organismos públicos estatales a participar en sesiones, cuando se discutan asuntos de alta trascendencia. Podrán hacer uso de la palabra, pero solo después de que concluya la discusión legislativa, preservando la autonomía y el equilibrio de poderes.
Con estas propuestas, Guillén busca dotar al Congreso de mayor claridad jurídica, orden interno y apertura política, con un mensaje claro: el Poder Legislativo también puede predicar con el ejemplo.