Con respecto al creciente hurto de los huevos de esta y otras especies marinas, te contamos sobre los servicios ambientales que brindan las tortugas marinas y por qué no se debe participar en prácticas que las están llevando a la extinción
Lucero Natarén / Aquínoticias
La tortuga golfina (Lepidochelys olivácea) también conocida como «lora» por su característica mandíbula con forma de pico, está declarada en peligro de extinción en México desde 2010 (NOM-059-SEMARNAT-2010) junto con otras especies de tortugas marinas. Está amenazada por diversos factores, a nivel local, en Chiapas, uno de ellos es el hurto de huevos. Su protección llega a ser vital considerando que, como otras especies de tortugas marinas, es benéfica para las playas y deben ser consideradas mucho más que atractivos turísticos.
La tortuga golfina es reconocida como una protectora de la playa, ya que transporta nutrientes entre los hábitats marinos y los terrestres, favorecen la estabilización de los ecosistemas costeros a través de su anidación, entre otros importantes servicios ambientales.
También es una de las más pequeñas de las tortugas marinas, midiendo unos 65 cm de longitud y alcanzando un peso de hasta 50 kg. Se alimenta de peces, moluscos y crustáceos, principalmente de camarones. Anidan en eventos masivos denominados «arribazón» o en solitario y pueden llegar a poner cerca de 1 a más de 100 huevos en cada desove, sin embargo, de acuerdo al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) solo una de cada mil bebés tortugas nacidas llega a la etapa adulta.
Esta tasa de mortalidad no es una casualidad, las tortugas golfinas, como la tortuga prieta y la laud, que también arriban a las playas del Santuario Playa de Puerto Arista, en Chiapas, aunque a menor escala, son amenazadas por la captura directa de las hembras adultas (debido a su poco peso) y sus huevos. En el caso de Puerto Arista, se ha visto como los «hueveros», personas que se dedican al saqueo de nidos, alejan a las hembras de la zona de anidación para abrirlas y llevarse sus huevos, dejándolas muertas o moribundas -.
El extraer los huevos directamente de las tortugas adultas podría considerarse una actitud desesperada para evitar ser atrapados en el acto, ya que personal del Santuario Playa de Puerto Arista, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn), acompañados de autoridades locales y ambientales, realiza recorridos y redadas para atrapar a los saqueadores y así prevenir el hurto de los huevos de tortugas marinas.
No obstante, a todo este trabajo de prevención, hay quienes logran su objetivo, llevándose los huevos, por lo que, en este punto, queda en manos de la población responsable poner un alto a este tipo de práctica, pues recibir gratuitamente o comprar huevos es un acto que promueve que se siga amenazando a esta y otras especies de tortugas marinas.
Además de lo descrito, las tortugas golfinas también son amenazadas por los barcos camaroneros, pues al tratar de alimentarse, quedan atrapadas en las redes, siendo heridas o definitivamente asesinadas. Otros factores de riesgo son la pérdida de su hábitat de anidación por la intervención humana y ser parte de la dieta de depredadores acuáticos y terrestres como los perros ferales, mapaches, hormigas, cangrejos, diversas clases de aves marinas, ratas, serpientes, dingos, chacales, lagartos, zorros y hasta cocodrilos de agua salada.
Aunque esta especie se distribuye en gran parte de las costas mexicanas en el Océano Pacífico, Chiapas podría enfrentar una extinción local, es decir, que ya no llegue a anidar a esta parte del país, debido a que las tortugas adultas no reconozcan a las playas de Chiapas como su hogar y aniden en otras partes.
Esto se debe a que las tortugas al nacer generan un sentido de orientación al sitio de su nacimiento, donde volverán para depositar a sus futuras generaciones, por lo que si no nacen más tortugas en Chiapas no habrá más ejemplares que vuelvan a esta región, ahí radica la importancia de conservar este patrimonio estatal y atractivo turístico de lugares como Puerto Arista y Boca del Cielo y otras playas del municipio de Tonalá y del estado.
