Conociendo el voto, la clave de la democracia

De cara a las elecciones 2018, la palabra «voto» será de las más escuchadas en los próximos meses; será necesario familiarizarse y desde luego, comprender qué es, para qué sirve y por qué es importante que los mexicanos lo ejerzan

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]L[/dropcap]a disyuntiva de participar o no en los comicios tiene qué ver con la falta de credibilidad en los procesos electorales y no con las preferencias políticas.
Según información del Instituto Nacional Electoral (INE), las elecciones de 2018 serán las más complejas que se hayan desarrollado en la historia de México, lo que refleja una ciudadanía apática y hasta cierto grado, harta de las prácticas reiterativas en las elecciones; ya no cree en la forma tradicional de hacer política y está cansada del discurso de políticos que sólo aparecen durante los procesos electorales.
La elección de 2018 contempla la renovación de la Presidencia de la República y del Congreso de la Unión; representa elecciones en 30 entidades federativas, en nueve de ellas se renovarán las gubernaturas; en 27, los congresos locales; y en 26, los ayuntamientos; es decir, en las próximas elecciones se renovarán un total de 3 mil 326 cargos.
Por lo tanto, es crucial que las y los ciudadanos voten y lo hagan de la manera más informada posible, que analicen las propuestas, el trabajo de los partidos políticos y el perfil de los candidatos.
De cara a las elecciones 2018, la palabra «voto» será de las más escuchadas en los próximos meses; será necesario familiarizarse y, desde luego, comprender qué es, para qué sirve y por qué es importante que los mexicanos lo ejerzan.
Los analistas políticos Alejandro E. Lerma Kirchner, Sergio Bárcena Juárez y Romeo Vite López, en su libro «Marketing Político», señalan que el voto es la expresión y manifestación libre, secreta e individual de la preferencia ante una opción política. Es un derecho político ciudadano en una sociedad democrática, consagrado en el artículo 35 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El voto —también conocido como sufragio— es la figura que permite al pueblo ejercer la voluntad de elegir a sus gobernantes y es a través de este ejercicio, como el ciudadano deposita su confianza en el cumplimiento de los compromisos del partido o candidato al que se lleva al triunfo electoral y de responder positivamente, el funcionario público enriquecerá su credibilidad y en efecto, ganará el apoyo popular durante su gestión y la próxima elección.
Las características del voto es, de acuerdo con lo establecido en la legislación electoral: universal, libre, secreto, directo, personal e intransferible.
Y si bien este es un derecho, es a partir de los 18 años que un ciudadano de cualquier sexo, nativo por opción o naturalizado, es quien se encuentra en la posibilidad de emitir su voto en una contienda electoral.

¿Cuántos tipos existen?

El marketing político clasifica el sufragio en distintos tipos: el voto duro, el voto «por el que va a ganar», el voto retrospectivo y el de castigo; que son los más conocidos y los que más se ejercen en el país.
El voto duro es aquel que se define por preferencia partidista; es decir, es aquel que se emite consistentemente por un determinado partido; sin importar el candidato que postule o las propuestas que haga.
Y uno de los más numerosos es el voto «por el que va a ganar», que se emite al candidato que tiene las mayores posibilidades de salir victorioso en la contienda.
Lerma, Bárcena y Vite destacan en su libro que el grupo de electores que suele emitir este voto es susceptible a las encuestas que destacan a un partido o candidato como el posible ganador de las elecciones.
En Chiapas, las encuestas se han convertido en una intención para favorecer el triunfo de una figura política, lo que le abre la posibilidad de obtener este tipo de voto.
Ante el debilitamiento de la credibilidad en los partidos políticos, el voto retrospectivo se ha convertido en los más comunes en el país; se efectúa en virtud del nivel de descontento o satisfacción que haya obtenido el votante con acciones pasadas del partido o su representante.
Los errores del pasado en la política suelen ser imperdonables; conscientes de ello, los votantes pueden emitir su voto de castigo, el descontento que ha ocasionado al electorado abre la posibilidad que ahora lo quieran lejos del Poder.
Este voto de hartazgo e inconformidad va directamente en contra de los candidatos, los partidos y sus ideologías; particularmente, abre las puertas a nuevas opciones de Poder u otras ideologías políticas.

El voto nulo también cuenta

Este voto tiene como fin ejercer presión hacia los partidos políticos y obligarlos a hacer un cambio en la forma de hacer política; sin embargo, analistas políticos coinciden en que el votar nulo además de reflejar descontento con los partidos favorece al sistema.
Y lejos de alcanzar el objetivo, los partidos se benefician de él, toda vez que les facilita ejercer su voto duro para mantener sus prerrogativas; y es que a la fecha, el sistema electoral realmente no castiga a los partidos por los votos nulos ni da abstenciones por medio del recorte de recursos públicos.
El INE define el voto nulo como aquel expresado por un elector en una boleta que depositó en la urna, sin haber marcado ningún cuadro que contenga el emblema de un partido político o de una candidatura independiente, o bien, cuando el elector marque dos o más cuadros sin existir coalición entre los partidos cuyos emblemas haya marcado.
Esta práctica conlleva en primera instancia, a perjudicar a los partidos pequeños, no se considera en la votación total o final, y aumenta o beneficia a los partidos más representativos, acrecentando su bolsa presupuestal y diputaciones plurinominales.

La importancia de salir a votar

El voto forma parte esencial de los sistemas de organización democrática y su importancia radica en ser el que define el futuro de una comunidad, un estado o un país; de una u otra forma, este ejercicio electoral brinda a los habitantes el derecho a participar de manera libre en la elección de sus representantes, de ahí que el voto sea la pieza clave en todo sistema democrático.
El papel que juegan las instituciones es fundamental para que los ciudadanos ejerzan el derecho a elegir a quienes los representarán, la falta de confianza en ellas puede echar abajo la participación ciudadana y convertirse en problema mayor para la sociedad.
El fastidio ciudadano hacia la simulación, la corrupción y los procesos amañados puede ser un riesgo para la clase política pero sobre todo, para la democracia en el país, por ello, es tan importante que hacer valer este derecho, incidir en la agenda de los gobiernos, exigir justicia y empoderarse a través de las instituciones para que aquellos que desean estar en el Poder, respondan a las necesidades ciudadanas y las campañas políticas no desaparezcan justo a las propuestas de los partidos y sus candidatos.

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