La plaga del gusano barrenador fue detectado en Catazajá, revelando un grave problema de tráfico ilegal de ganado que pone en riesgo la sanidad pecuaria y el comercio internacional de México. Expertos instan a acciones urgentes para frenar su avance
Aquínoticias Staff
La reciente detección del gusano barrenador en un animal en la caseta de Catazajá, Chiapas, ha encendido alarmas sobre una crisis que va más allá de la sanidad pecuaria. Este parásito, cuya larva se alimenta de tejido vivo causando graves infecciones e incluso la muerte, representa no solo una amenaza para el ganado mexicano, sino también para la economía del país, especialmente en el contexto del contrabando ilegal de ganado.
Expertos en sanidad animal, como el médico veterinario Luis Fernando Guerra, advirtieron desde octubre sobre el avance de esta plaga que inició en Panamá hace más de un año y ahora se ha extendido por Centroamérica hacia México. “El gusano barrenador no solo afecta a los animales; su presencia genera repercusiones económicas al limitar las exportaciones y encarecer la producción ganadera”, señaló Guerra.
La investigadora de InSight Crime, Victoria Dittmar, subrayó la gravedad del problema: “El gusano barrenador no se está esparciendo por el comercio legal, sino por el contrabando ilegal de ganado, que representa el 10% de la producción anual en México”. Este comercio ilegal es una ruta para que ganado infectado entre al país, poniendo en peligro la seguridad sanitaria y el cumplimiento de estándares internacionales, especialmente en su relación comercial con Estados Unidos.
Chiapas, epicentro del contrabando
Chiapas, debido a su ubicación fronteriza con Guatemala, es una zona clave en el tráfico ilegal de ganado. Según Dittmar, lugares como Benemérito de las Américas y Catazajá son puntos neurálgicos para la entrada de animales que son “blanqueados” con documentación falsa antes de ser distribuidos al resto del país.
En 2022, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) reportó que aproximadamente 800 mil cabezas de ganado ingresan ilegalmente a México cada año. Estas cifras revelan un sistema de corrupción profundamente arraigado que facilita la legitimación de ganado contrabandeado, muchas veces infectado con enfermedades como la provocada por el gusano barrenador.
El impacto no se limita a las pérdidas locales. Estados Unidos, el principal socio comercial de México en la industria ganadera, ha detenido temporalmente la importación de ganado mexicano a pie, medida que podría afectar severamente a los productores nacionales. Dittmar advierte: “México debe cumplir con la demanda internacional, pero el contrabando amenaza su capacidad para garantizar la calidad y sanidad del producto”.
Los expertos coinciden en que la intervención gubernamental debe ser inmediata y estratégica. Dittmar sugirió: “Es crucial actuar en las rutas clave de contrabando, como Catazajá, para evitar que el ganado infectado se distribuya al resto del país. A largo plazo, es necesario facilitar el acceso a ganado legal y reformar los sistemas de inspección para eliminar la corrupción”.
Además, la implementación de medidas preventivas, como programas de educación sanitaria para ganaderos y controles más estrictos en las fronteras, podría mitigar el riesgo de nuevas infecciones.
La llegada del gusano barrenador a México expone no solo una crisis sanitaria, sino también la debilidad estructural en el control del comercio ganadero. La combinación de un parásito mortal, un mercado ilegal significativo y la corrupción representa un desafío para las autoridades mexicanas y los productores nacionales.
“Es un momento crítico para que México tome medidas contundentes. De lo contrario, el país podría enfrentar pérdidas económicas irreparables y el deterioro de su reputación internacional en el sector ganadero”, concluyó Dittmar.
Con información de Aristegui Noticias