La prohibición del Vaticano de esparcir las cenizas de los difuntos o guardarlas ha ocasionado diversas críticas, incluso hay quienes opinan que tiene un trasfondo económico, ya que los restos deben ser depositados en un lugar aprobado y consagrado por la iglesia
Elizabeth Marina / Portavoz
[dropcap]L[/dropcap]uego que el Vaticano prohibiera a sus feligreses esparcir las cenizas de sus difuntos al aire libre o mantenerlas en casa porque promueven el olvido del ser querido y aleja a los fieles de la oración, las reacciones no se hicieron esperar entre la población católica y también entre quienes no la profesan.
La nueva disposición, que señala que los restos deben ser guardados en un lugar aprobado y consagrado por la iglesia y que las cenizas no deberán ser esparcidas, ha ocasionado numerosas críticas, puesto que mucha gente acostumbra a cremar a sus familiares fallecidos. Incluso hay quienes opinan que tiene un trasfondo económico.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en el 2001, el 88 por ciento de los mexicanos afirmaba profesar la religión católica, sin embargo, la cifra se ha reducido y actualmente se mantiene en 82.9 por ciento.
A través de una encuesta realizada en el 2010, el Inegi reveló que Chiapas es el estado con menos católicos a nivel nacional con el 58.5 por ciento de sus habitantes. Mientras que el 19.20 por ciento profesa la religión evangélica y 2.7 por ciento tiene otras creencias.
Amatán, Chalchihuitán, Chenalhó, Mitontic, Pantelhó y Simojovel son los municipios con menos católicos en la entidad.
Cremación vs inhumación
No fue hasta 1963 que la iglesia Católica aprobó la cremación en sus creyentes, sin embargo, el resto de la población ya prefería este acto por comodidad, economía o porque opinan que el dolor por la pérdida de sus seres queridos se puede reducir.
El secretario de la Comisión Teológica Internacional, Serge-Thomas Bonino, considera a la cremación como un acto «brutal e innatural» que evita que los seres queridos acepten la muerte, por el contrario, asegura que la inhumación es una expresión de fe y esperanza en la resurrección corpórea.
En el caso de la capital chiapaneca, la cremación es uno de los servicios que la gran mayoría de las funerarias ofrece, tal como puede observarse en las páginas electrónicas de este tipo de establecimientos. Incluso los servicios funerarios que el DIF Chiapas pone a disposición de la población, a precios más accesibles, incluye este procedimiento.
En el 2014, el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) reveló a través de una encuesta que 76.3 por ciento de los mexicanos considera costosos los servicios funerarios, contrario al 9.1 por ciento que afirma, son baratos.
Y es que, conservar el cuerpo de un ser querido en una gaveta puede costar entre 25 y 40 mil pesos, dependiendo del tipo de material del féretro que se utilice para proteger el cadáver. En tanto que el costo de la cremación oscila entre los cinco y 25 mil pesos, de acuerdo al lugar y el tipo de servicio funerario que requieran los familiares.
