Crisis climática, un tema también local

En Reforma, campesinos, indígenas y activistas locales se reunieron para abordar la necesidad de prácticas sostenibles en la producción de alimentos y detener los modelos agroindustriales intensivos

Aquínoticias Staff

El pasado fin de semana, en el municipio de Reforma, Chiapas, bajo un sofocante calor de 38 grados Celsius, se llevó a cabo el Foro sobre Crisis Climática, evento que reunió a más de 800 asistentes, en su mayoría campesinos, indígenas y activistas locales. Organizado por un movimiento que aglutina más de 80 organizaciones campesinas e indígenas de la región, el foro fue un espacio clave para compartir conocimientos sobre la crisis ambiental y las alternativas que pueden surgir desde las comunidades rurales. Con una atmósfera cargada de preocupación por el futuro del planeta, pero también de esperanza, el evento sirvió para visibilizar el papel central de los campesinos y las mujeres en la lucha contra el calentamiento global.

Roger Narcia Álvarez, uno de los organizadores, destacó la importancia de la agroecología como un modelo de producción sustentable que puede ayudar a revertir la crisis climática. «Los campesinos proveemos alimentos sanos para más del 70% de la población mundial, utilizando apenas el 25% del agua, suelo y combustibles que se emplean en el sistema agropecuario global», dijo Narcia. Esta estadística fue clave para subrayar que los modelos agroindustriales intensivos no solo deterioran el medio ambiente, sino que también marginan a quienes, con menos recursos, mantienen prácticas sostenibles. Las palabras de Narcia resonaron entre los asistentes, quienes enfrentan de manera cotidiana los efectos devastadores del cambio climático en sus cosechas y vidas.

La situación en Reforma, un municipio petrolero con serios problemas de contaminación y escasez de agua, fue parte central de la discusión. El presidente municipal, Pedro Ramírez Ramos, hizo hincapié en la necesidad de trabajar en conjunto con la sociedad civil para enfrentar estos retos. “Es el primer gobierno municipal que crea una Dirección de Energía, para construir una agenda social con PEMEX y la CFE», aseguró el alcalde. Las tensiones por el impacto de estas grandes empresas energéticas en el medio ambiente local no son nuevas, pero la administración municipal parece decidida a tomar medidas correctivas. «Si no quieren, el pueblo decidirá qué hacer», advirtió Ramírez, reflejando un clima de hartazgo frente a las promesas incumplidas de las grandes corporaciones.

Uno de los momentos más destacados del foro fue la intervención de la Maestra en Ciencias Andrea Guadalupe Trujillo Gómez, quien explicó el vínculo entre los sistemas alimentarios globales y la crisis climática. Según sus investigaciones, la producción industrial de alimentos, que utiliza agrotóxicos y combustibles fósiles, es uno de los principales responsables de la emisión de gases de efecto invernadero. Además, el consumo excesivo de comida chatarra no solo deteriora la salud de la población, sino que también «lleva a la ruina al campesinado», como lo mencionó más adelante el Doctor León Enrique Ávila Romero. La agroindustria, que genera el 20% de estos gases, fue señalada como una de las causas principales del deterioro ambiental. El dato de que en San Cristóbal de Las Casas, la planta embotelladora de Coca-Cola consume 1.3 millones de litros de agua al día, equivalente al consumo diario de toda la población de Reforma, fue un recordatorio de las asimetrías entre el sector industrial y las comunidades rurales.

El papel de la mujer en esta lucha fue otro de los temas clave del foro. Andrea Guadalupe subrayó que las mujeres, a menudo invisibilizadas en el ámbito público, desempeñan un rol crucial en la conservación de los recursos naturales y la transmisión de conocimientos tradicionales. “Si modificamos nuestra dieta hacia productos del campo, las emisiones de gases se podrían reducir hasta en un 25%”, afirmó, citando estudios recientes que muestran cómo los hábitos alimenticios pueden ser una herramienta poderosa en la batalla contra el calentamiento global.

Por su parte, el Doctor Ávila Romero insistió en que el colapso de la civilización está más cerca de lo que pensamos si no se toman medidas drásticas. «Estamos llegando a un límite», advirtió, señalando que la mitad del planeta ya está siendo explotada para la producción de alimentos, lo que genera una presión insostenible sobre los ecosistemas. El foro sirvió como un espacio para reflexionar sobre las soluciones locales, como la organización comunitaria y la implementación de prácticas agroecológicas, que pueden ofrecer una salida a la crisis climática desde abajo.

La participación de los asistentes, quienes provenían de diversas comunidades rurales, evidenció una creciente conciencia sobre la necesidad de enfrentar estos problemas de manera conjunta. Las propuestas para mejorar la coordinación con las autoridades municipales y estatales fueron vistas como un primer paso para construir una agenda común que enfrente los efectos de la crisis ambiental. La promesa del alcalde de apoyar iniciativas que beneficien a la sociedad fue recibida con optimismo, aunque con cautela.

El foro concluyó con una clara convicción: la crisis climática no solo es un problema global que requiere de acciones a gran escala, sino que también debe ser abordado desde lo local, con el protagonismo de quienes, día a día, enfrentan sus consecuencias más devastadoras. La organización campesina y el liderazgo de las mujeres emergen como piezas clave para enfriar el planeta y asegurar un futuro más sostenible para las generaciones venideras.

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