Cuando el río se desborda: lecciones de Texas para Chiapas

La pregunta no es si puede ocurrir algo así. Es cuándo. Con lluvias intensas en curso, ríos crecidos en la región Sierra y Valles Zoque, y comunidades asentadas en zonas de riesgo, el estado enfrenta condiciones similares

AQUÍNOTICIAS STAFF

Texas vive una tragedia que conmociona al mundo. Más de 80 personas han muerto —incluyendo 28 niñas en un campamento— por una de las peores inundaciones registradas en el estado, con el río Guadalupe creciendo casi 10 metros en cuestión de horas. Las lluvias comenzaron el 4 de julio, y para el 6, Kerr County ya era una zona de desastre federal. Helicópteros, drones, cuerpos de rescate y la Guardia Costera apenas logran contener el desastre.

Más allá del drama humano, hay un ángulo político inevitable: ¿por qué no se activaron alertas tempranas? ¿Por qué no se evacuaron zonas vulnerables?
Las respuestas apuntan a recortes presupuestales al sistema meteorológico y a una desarticulación entre niveles de gobierno. El resultado: dolor evitable, muerte previsible.

Las imágenes desde Texas muestran más que agua: exhiben las grietas de un sistema de protección civil que colapsa cuando más se necesita.

Y es aquí donde el eco llega a Chiapas.
La pregunta no es si puede ocurrir algo así. Es cuándo.
Con lluvias intensas en curso, ríos crecidos en la región Sierra y Valles Zoque, y comunidades asentadas en zonas de riesgo, Chiapas enfrenta condiciones similares.

¿Estamos preparados?
¿Tenemos sistemas de alerta funcionales?
¿Hay coordinación entre municipios, estado y federación?

La tragedia texana es espejo. Y es advertencia. En Chiapas, todavía hay tiempo para actuar antes de que el agua decida por nosotros.

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