De color «moreno»

Los discursos de los invitados no importan, son irrelevantes. Todos esperan a que Obrador tome el micrófono y haga lo que mejor sabe hacer

Portavoz

[dropcap]A[/dropcap]ndrés Manuel López Obrador, presidente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), arribó este domingo a la capital chiapaneca para la firma del «Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad de Pueblo y Renacimiento de México».
Miembros, militantes, simpatizantes y personas de todos los grupos sociales abarrotaron el Parque Bicentenario para escuchar a «El Peje».
Muy atrás de la zona VIP, ahí donde se acomodaron «los elegidos» y uno que otro colado, estaban ellos, los pobres de los pobres, «los acarreados», con sus gorras y playeras con el logotipo de Morena –algunos con las siglas del PRD– levantando sus pancartas para cubrirse del sol mientras esperan para escuchar a quien hoy encabeza las encuestas.
Los discursos de los invitados no importan, son irrelevantes. Todos esperan a que Obrador tome el micrófono y haga lo que mejor sabe hacer.
El momento ha llegado. Nadie se mueve, se escucha el llanto de un niño que sufre por las altas temperaturas mientras los adultos siguen cada palabra del discurso. Referencias nacionalistas, cuestionamientos políticos, corrupción, aumentos a la gasolina, la mafia del poder… aplausos y gritos en cada pausa.
Concluye el mitin y AMLO abandona la plaza mientras la gente, aunque acalorada, lo despide agitando banderines y globos; muchas miradas de esperanza, muchas muestras de cansancio, hay de todo.
Al final, en la plaza sólo queda la basura de los alimentos y algunos banderines mientras ellos, los pobres de los pobres, «los acarreados», abordan los autobuses, camionetas y combis en los que llegaron.

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