Las películas de Disney han contribuido a la educación de niñas y niños, pero siempre lo han hecho desde la heterosexualidad, incluso a pesar de que la diversidad y expresión sexuales son parte de un derecho humano
Berenice Chavarria Tenorio / Cimac Noticias
Ciudad de México.- Recientemente, en redes sociales se desató un debate ante el beso de dos mujeres presentado en la película Lightyear (2022). La escena generó críticas e incluso 14 países –entre ellos, Egipto, Indonesia, Líbano, Kuwait, Malasia, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos– prohibieron el estreno del filme con argumentos discriminatorios y lesbofóbicos. Pero ¿por qué escandaliza tanto este beso en particular cuando en las películas de Disney se han normalizado otros momentos realmente problemáticos y violentos?
En Lightyear hay un beso consensuado entre dos mujeres que comparten su vida. Sin embargo, en películas como Blancanieves y los siete enanos (1938) un hombre besa a una niña de 14 años que yace en un féretro de cristal.
Ejemplos como el anterior –donde se observa una conducta de abuso a menores– muestran lo contradictoria que puede ser una sociedad que, por un lado, juzga el amor entre mujeres; pero por el otro, defiende violencias disfrazadas de romance que han sido interiorizadas por miles de niñas y adolescentes.
Blancanieves no es la única historia de Disney que sigue el patrón. Tal es caso de La bella durmiente (1959), película en la que Aurora –la protagonista– es besada por un desconocido mientras ella se encontraba inconsciente.
A través de la pantalla, esto puede parecer inofensivo y justificado por el «amor». No obstante, en la realidad cualquier acercamiento debe realizarse con el consentimiento absoluto de toda mujer, adolescente o niña.
Entonces, ¿de dónde viene la polémica ante el beso entre dos mujeres, pero no frente a un beso heterosexual sin consentimiento que ocurre mientras la mujer involucrada está dormida o muerta?
Pese a lo icónicas que se han vuelto las animaciones para generaciones enteras, es imposible negar que no solo se encuentran plagadas de preceptos arraigados en el mito del amor romántico, sino también sobre el «deber ser» de las mujeres, la violencia e incluso el abuso.
La posibilidad de existir
Mariana Rodríguez Fuentes, periodista y capacitadora en Educación Sexual Integral (ESI), compartió con la organización feminista Presentes que besos como el mostrado en la película Lightyear no sólo son una muestra de amor en pantalla, sino que abren la puerta a toda una comunidad y le brindan «la posibilidad de existir».
La capacitadora y activista hizo énfasis en que las películas de Disney han contribuido a la educación de niñas y niños, pero siempre lo han hecho desde la heterosexualidad, incluso a pesar de que la diversidad y expresión sexuales son parte de un derecho humano. Esto, además de los múltiples estereotipos de género sobre las mujeres que las películas han reforzado, principalmente como princesas que necesitan ser rescatadas.
«Solamente significa generar referencias más explícitas en torno a los distintos modos de vivir la sexualidad. No es mucho más que eso, es dar referencias, que es lo que todas las personas del colectivo necesitamos tener en nuestras niñeces. Referencias de cómo poder ser», aseveró Mariana Rodríguez Fuentes.