Mario Escobar, padre de Debanhi, duda de la versión que señala que su hija cayó por accidente en la cisterna del motel Nueva Castilla, y detalla las principales omisiones de la Fiscalía General del Estado
Amineth Sánchez / La-Lista
El caso de María Fernanda Contreras –asesinada a inicios de abril en Apodaca, Nuevo León– apenas se iba cerrando cuando se abrió otro, el de Debanhi Escobar. La joven de 18 años desapareció la madrugada del 9 de abril tras asistir a una fiesta en la quinta El Diamante en el municipio de Escobedo, también en Nuevo León, entidad donde en lo que va del año se ha reportado la desaparición de 95 mujeres, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas. A las pocas horas, la última fotografía de Debanhi que fue tomada en la carretera Monterrey-Nuevo Laredo se viralizó y la búsqueda inició.
Todo empezó con llamadas de sus padres a Locatel, para buscar a la estudiante de Derecho en hospitales, Ministerios Públicos y el Servicio Médico Forense (Semefo). Luego, con visitas a centros de detención de las autoridades de Escobedo y San Nicolás. Sin rastro. Finalmente, la familia presentó la denuncia ante el Ministerio Público y la comisión local de búsqueda.
«A las 10 u 11 de la noche recibí la llamada de la agencia estatal de investigaciones y de la agencia de búsqueda inmediata», cuenta en entrevista para La-Lista Mario Escobar, padre de Debanhi. «Se realizó todo el protocolo y, de alguna manera, eso fue lo que le llamó la atención a las autoridades porque veníamos de un duelo de María Fernanda, una chica que fue muy sonada aquí en Nuevo León, entonces eso me ayudó a mí para que las autoridades voltearan a verme».
Mientras la ficha de búsqueda y su última fotografía circulaban por internet, aparecía más información. Un par de amigas que la acompañó a la fiesta, un chofer de la aplicación Didi que tomó la imagen luego de que Debanhi se bajara de su auto a las 4:00 am, una recompensa de 100 mil pesos, videos de la joven cerca de la empresa Transportes Internacionales Alcosa y del motel Nueva Castilla, reportes de personas que decían haberla visto caminando a las 7:30 am… cada detalle sumaba para delinear la historia que acaparó la atención de la opinión pública.
Al mismo tiempo, la Fiscalía General del Estado de Nuevo León (FGE) trabajaba en la búsqueda, incluso presumió el despliegue de drones y binomios caninos en el perímetro cercano a la quinta donde fue la fiesta y donde Debanhi presuntamente abandonó el vehículo. A los trabajos también se sumaron colectivos feministas, amigos y familiares. La esperanza, decía su padre en entrevistas, era encontrarla con vida, repetía que confiaba en las autoridades.
Trece días le tomó a la fiscalía encontrar el cuerpo de Debanhi. El 21 de abril, el equipo de búsqueda lo halló y lo rescató de una cisterna del motel Nueva Castilla, cerca de la quinta El Diamante. Al día siguiente, la FGE confirmó que era la joven. El fiscal Gustavo Adolfo Guerrero detalló que la causa de la muerte fue una contusión profunda de cráneo.
«Todo el proceso lo he llevado con las autoridades, nunca me he salido del screen en el aspecto de que a pesar de que me equivoqué, me equivoqué porque confié en las autoridades de la Agencia Estatal de Investigaciones, me equivoqué porque por ahí hubo varias negligencias a lo mejor sin querer o a lo mejor queriendo, no sé, la verdad, pero bueno», dice Escobar por videollamada.
—¿Cuáles fueron las omisiones más graves que detectó por parte de la fiscalía?
—Como todos sabemos, dentro de la fiscalía, cuatro veces hubo revisión en parte del hotel donde aparece Debanhi y fue eso lo que detonó, por mi lado, que esto ya se había salido de control. Entonces lo grité a los cuatro vientos. Lamentablemente, bueno, yo confié mucho en ellos, me equivoqué, me equivoqué.
—¿Sabe si las autoridades utilizaron la ubicación del celular de su hija para tratar de identificar dónde estaba?
—Sí, precisamente por eso la fiscalía nunca salió del punto. Todos los 13 días siempre estuvieron ahí, nunca hubo un día en que dijeran vamos a revisar acá, vamos a revisar allá, de alguna manera ellos tenían una certeza de que estaba dentro del punto. Bueno, si lo hubieran hecho ellos desde un principio no estaríamos con el contexto que ahorita estamos.
Si hubieran cerrado el motel, no estaríamos ahorita hablando de otra tragedia, de una desaparecida más, de una muerta más. El video dice que llegó, entró y no salió, supuestamente, pero ahorita está trabajando la fiscalía desde ese día que entró, ahora sí les va a tocar ver videos hasta el día que la encontraron, estamos hablando de 12 días. Es jale de ellos, se les acumuló el trabajo por lo mismo.
Los trabajos de búsqueda estaban liderados por Rodolfo Salinas y Eliseo Javier Caballero, encargados de las fiscalías Especializada en Personas Desaparecidas y en Antisecuestros de Nuevo León. El 27 de abril, ambos fueron removidos de sus funciones, luego de que se detectó que cometieron omisiones. El caso lo atrajo la Fiscalía Especializada en Feminicidios.
—¿De qué manera la Fiscalía Especializada en Feminicidios le está garantizando un debido proceso?
—De la manera en que están trabajando de la mano de mucha gente y de que esa persona que está ahí, la licenciada Griselda Núñez, es una persona con mucha capacidad, que siempre ha estado trabajando este tipo de casos y que confío plenamente en ella. Te lo puedo decir abiertamente, en que platicando con ella y platicando con mi esposa sabemos que nos va a decir la verdad, sabemos que va a aceptar si hay alguna diferencia en cuanto a la necropsia y ella debe apoyar lo que es la verdad, ella es una persona bien íntegra, la conozco en el aspecto porque hemos platicado mucho con ella y la gente es lo que me ha dicho, la gente que la conoce de alguna manera concuerda conmigo.
Todas las líneas de investigación
Cinco personas. Un micrófono. Una frase: «Por el lugar y lo que encontramos, la muchacha cayó todavía viva. Donde se encontró estaba viva y tuvo oportunidad ella de reaccionar», dijo Eduardo Villagómez, coordinador del Servicio Médico Forense de Nuevo León, en conferencia de prensa el 27 de abril. Lo acompañaba el padre de Mario Escobar; Griselda Núñez, fiscal especializada en feminicidios; Gustavo Adolfo Guerrero, fiscal de Justicia de Nuevo León, y Luis Enrique Orozco, vicefiscal del Ministerio Público.
La frase contrasta con la declaración que el padre de Debanhi dio el 23 de abril, día del funeral de su hija: «No voy a descansar hasta que se esclarezca el asesinato de mi hija. Caiga quien caiga, tope con quien tope», según reportó el diario El País.
Para Mario Escobar, cómo ocurrió la muerte de su hija se aclarará cuando se contrasten las dos necropsias que se realizaron: la de la fiscalía y la privada que él solicitó y que hasta la noche del sábado no había presentado a las autoridades.
«En base a la necropsia vamos a determinar muchas cosas: si cayó o no cayó, si se golpeó o no se golpeó. Estamos hablando de una altura de 4 metros y medio, ¿de una altura de 4 metros y medio nada más te vas a golpear en la cabeza? No, es por lógica y vamos a demostrar eso con hechos, porque ahorita ya es demostrar con hechos. Anteriormente fue la búsqueda incansable, estuvimos en el campo, estuvimos trabajando, pero ahora es demostrar con hechos jurídicamente si hay alguien que tenga que pagar por lo que hizo tiene que ser», dice a La-Lista.
—¿Qué pasa si difieren los resultados de las necropsias?
—Van a checar para determinar cuál es la correcta. Si hay necesidad de hacer otra necropsia, yo con todo el dolor de mi corazón lo voy a hacer para que se resuelva este caso, estoy hablando de una exhumación.
Recordemos que esa necropsia todavía le correspondió al fiscal de desaparecidos, ellos la hicieron. Apenas hoy removieron del cargo a esas personas, nada más que a veces la gente nos confundimos, pero esas necropsias las hicieron la gente todavía de desaparecidos. Le toca determinar a la fiscalía de feminicidios si realmente esa necropsia está bien hecha, con expertos obviamente.
—Usted ha comentado que tiene una cronología desde las 12:20 de la noche. ¿Coincide con lo que tienen las autoridades?
—Sí, sí coinciden, nada más que de alguna manera hay que empatarlo bien para que la redacción que se dé tenga un contexto correcto. No pueden salir ellos a decir una cosa y cambiar alguna palabra, se diversificaría la información. Cualquier palabra que tú cambies en un proceso jurídico es detonante, no es circunstancial, las palabras hay que cuidarlas mucho, hay que ver qué es lo que se dijo, cómo se dijo, si está documentado, si no está documentado, compararlo contra los videos para, de alguna manera, hacer lo correcto legalmente, porque si se van a lo legal yo también me voy a lo legal.
—¿Qué estrategia legal está pensando?
—La estrategia legal ahorita sigue con lo que es la necropsia, yo esperaba que dieran esa conferencia de prensa de alguna manera para ver los avances. Bueno, aquí ya tenemos de alguna manera a dónde llegó Debanhi o cómo llegó Debanhi, entró. Eso lo debieron haber hecho desde hace 13 o 14 días. Checo los videos, entra, cierro todo, no ahorita, no ahorita porque ahorita ya es la investigación de qué pasó. Si eso lo hubieran hecho, a lo mejor yo tendría la esperanza de que todavía estuviera viva.
—Las autoridades han dicho que todas las líneas de investigación están abiertas, ¿cuáles consideran?
—Todas. Desde que empecé este proceso como víctima no se ha descartado ninguna línea de investigación. Al momento de que ellos tratan de descartar algo, (les digo): demuéstramelo para poderlo descartar, mientras no lo puedo descartar.
A lo mejor ahorita ya estoy un poquito más sereno que cuando yo daba mis entrevistas al momento de buscar a mi hija y sigo igual, sigo con la misma mística: si alguien tiene que pagar, pues lo tiene que pagar, tope donde tope, llegue hasta donde llegue, eso no lo podemos dejar de lado. Obviamente el énfasis que yo le ponía anteriormente era un énfasis de coraje porque no encontraba a mi hija, ahorita que ya la tengo y ya sé que está descansando de alguna manera estoy un poquito más tranquilo, porque ya tengo donde llorarle a mi hija.