Democracia de ricos

Se emiten las primeras alertas respecto a los riesgos que implicaría la aplicación de un modelo de financiamiento privado para los partidos; los riesgos más grandes, según especialistas, son la infiltración de recursos ilícitos, disminución de candidatos independientes y aumento de perfiles a modo y evidentemente comprometidos

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]E[/dropcap]s un hecho que los gastos de campaña son excesivos y que ante la emergencia nacional es inexcusable que los partidos políticos no se aprieten el cinturón; sin embargo, la aplicación de un modelo de financiamiento privado para los partidos implicaría riesgos importantes, entre ellos, que los intereses ilícitos se apoderen del actual sistema democrático.
Eliminar en su totalidad el financiamiento público es una propuesta que debe ser analizada con cautela, «sin apasionamientos» como señala el consejero presidente del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) Oswaldo Chacón Rojas, quien recién declaró que la infiltración de recursos ilícitos es el mayor riesgo que se corre al obligar a los partidos políticos a regresar el financiamiento público para destinar esos recursos a la reconstrucción de las viviendas afectadas.
«Todos los partidos políticos, por desprestigiados, que estén son esenciales para la democracia y condenarlos únicamente a la financiación privada no es imposible pero tiene sus riesgos», declaró en entrevista.
Varios son los que se han pronunciado en contra de modificar el actual modelo de financiamiento. César Espinosa Morales, presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Chiapas, advirtió que el pago de campañas con recursos exclusivamente privados sólo conseguirá empoderar más a los partidos políticos en el poder, por lo que hizo un llamado para actuar con transparencia y moderación.
Para César Espinosa, esta medida dejaría en desventaja a muchos. «Al cancelar ese financiamiento a los partidos, no solamente se les está cancelando la posibilidad de ocupar puestos de elección popular a la clase trabajadora, a cualquier maestro, campesino o licenciado con ganas de sacar adelante a su pueblo y se les está indicando a la clase adinerada que son los únicos con posibilidades reales de acceder al poder, sino que además se está abriendo la puerta para que las mafias y grupos vinculados a la delincuencia organizada respalden e impulsen candidaturas, no hay que irse con la finta de lo que parece a primera vista una solución», detalló en un comunicado.
Investigadores, politólogos y activistas apuntan a que eliminar los recursos públicos a los partidos políticos es demagogia y pondera la corrupción en el país.
Por ello, actuar impulsivamente podría traer consecuencias significativas y aunque muchos han celebrado la idea de reducir el gasto excesivo en campañas, tampoco consideran que castigar financieramente a los partidos sea la mejor vía.
Oswaldo Chacón propone dos rutas: que todos los dirigentes de los partidos estén de acuerdo en donar parte de sus prerrogativas a las labores de reconstrucción; o legislar las leyes constitucionales.
Sin embargo, la última vía es inconstitucional ya que por ley, en este momento no se pueden llevar a cabo reformas que impacten al proceso electoral.

Independientes, los más indefensos

2018 será por mucho, un año complicado, principalmente por ser electoral. El próximo año se vivirán las elecciones más grandes en la historia del país, en el que garantizar un piso parejo para todos los partidos y candidatos será difícil.
Expertos argumentan que es riesgoso quitar el financiamiento público a los partidos, y afirman que los candidatos independientes serán los más afectados por ser los más indefensos.
La desventaja para estos candidatos ya existe y si a esto le sumamos que a nivel estatal la entrega de las ampliaciones presupuestales para iniciar el Proceso Electoral local 2017-2018 sin contratiempos, aún no se resuelven, la incertidumbre para los independientes aumenta.
En todo caso —según especialistas— los únicos beneficiados serán los partidos cuya estructura y solvencia les permiten obtener recursos privados; aunque tampoco hay garantía que vayan a obtenerlos por la vía legal.
Otra de las advertencias recae en la imposición de candidatos a modo, pues el sistema democrático se debilitaría y la corrupción y escándalos políticos irían al alza.

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